No sé si habrán visto ustedes el programa de Cuatro Perdidos en la tribu, en el que tres familias españolas tratan de integrarse en otras tantas comunidades de costumbres pintorescas y más o menos incomprensibles. Pues bien, salvando las distancias, llevo unos cuantos días sintiéndome protagonista de algo parecido: ya sé que suena a pecado […]