El gran éxito de este Halloween ha sido la recopilación de Papel Continuo titulada Tonadillas para un guateque de Jalogüín, que pueden descargarse aquí, con clásicos como el Drácula ye-ye de Pajares y modernos como F.A.N.T.A. y su Iker Jiménez. Después de tanto paganismo, nosotros hoy nos encomendaremos a Todos los Santos, o al menos a un puñado de santos majos:
San Pascualito Rey: yo no conocía a este grupo mexicano hasta que vinieron a Bilbao hace unas semanas, pero se revelaron como la música ideal para el día de hoy, una suerte de orquesta de muertos con gustos antiguos (esos arreglos de música de salón, tan pre-rock) interpretados eléctricamente con la sensibilidad embotada de un zombi. Muy Bunbury en directo, un poco Corcobado en disco, clasicotes en vídeo. La simpática calaverita de la derecha es su logo.
Santa Sabina: a los mexicanos les entusiasma el santoral, qué le vamos a hacer. A mí esta veterana banda (¡treinta páginas de biografía en su web!) siempre me ha dado mucho miedo, desde que, cuando era más joven e impresionable, vi a la vocalista cantar enloquecida en un reportaje de televisión. Con su poética de pesadilla y títulos como Nos queremos morir, que pueden escuchar aquí si soportan el vídeo de una fan, son los grandes clásicos del robusto siniestrismo mexicano.
Todosantos: la verdad es que no me gustan, pero con ese nombre tenían que estar en la lista. Venezolanos trasplantados a Nueva York, se han vuelto muy electrónicos y bailables y tienen una web tan colorista que marea. Su mayor mérito fúnebre es haber dedicado una canción a Ian Curtis, que todavía no es santo aunque se le rinda culto.
Sankt Otten: bueno, Sankt es santo en alemán y Otten es el apellido de su percusionista y líder. Un poco traído por los pelos, ya, pero es que a éstos sí tenía ganas de recomendarlos hace tiempo. Les han colgado el sambenito (vaya, así se llamaría el grupo si fuese mío) de ser “los Portishead alemanes”, aunque sus atmosféricos instrumentales, a veces bellísimos, no tienen tanto que ver con el rollo más negroide de los de Bristol. Aquí pueden escuchar el disco entero y depurarse de tanto mal como hay en el mundo.