El mundo se ha vuelto muy pequeñito y los viajes han perdido parte de su dimensión cultural: por ejemplo, no tiene mucho sentido comprarse discos que ya están en Amazon, en iTunes y en Soulseek, por mencionar tres vías diferentes, con peaje o sin él, hacia la felicidad musical. Pero sigue siendo divertido comprobar qué es lo que más se escucha en otros países, y ya supondrán que la palabra Inglaterra está rondando por esta argumentación. En fin, los británicos también tienen sus triunfitos (buf, hay un mozalbete llamado Ray Quinn que va de Sinatra pero no merecería masajear los juanetes del viejo Frankie) y sus plagas propias, en este caso de rollo negroide, modernete, sensual y -paso a lo subjetivo- soporífero. Pero quería hablarles de las dos bandas de rock que he visto más de moda en Londres, entendiendo por ello que un ciudadano distraído y sin interés por la música no tiene otro remedio que conocerlas, porque se las encuentra por todas partes.
Una es The Gossip, este trío americano liderado por la muy impresionante Beth Ditto, que exhibe axilas hirsutas en enormes carteles que empapelan el metro y explica en revistas con que chicas célebres le gustaría montárselo. Yo escuché la mitad de su disco en una tienda de ropa -había auriculares para entretener a quienes acompañamos y no compramos, a ver si lo copian por aquí- y me parecieron unos Yeah Yeah Yeahs más punkies, aunque quizá el entorno costurero no fuese el adecuado para una justa valoración. Y los otros que aparecen hasta en la sopa, o en el relleno del pastel de carne, son los también yanquis Good Charlotte, cuyo vocalista sale retratado en la prensa rosa como novio de la hija de Lionel Richie, una chica que viene a ser la antítesis física de Beth Ditto. Todo el mundo dice que son unos advenedizos de cuidado, pero su sencillo -lo habrán oído en Radio 3, porque lo están machacando, pero tienen el vídeo aquí– está muy bien, digo yo. Y tranquilos, que creo que sólo me queda un post británico y es de black metal.