Esta anécdota atribuida a Ron Wood, que contó el otro día M. en la oficina, en que el músico londinense invitaba a cenar a una chica sólo para descubrir al final que su acompañante no sabía que era el famosísimo guitarrista de los Rolling Stones, y que bien podría formar parte del rico acervo popular de las leyendas urbanas, suscitó una admirable discusión entre los compañeros, melómanos bien informados todos, divididos entre los que al instante hubieran reconocido a Wood (sobre todo a efectos de que asumiera la cuenta) y los que no se conforman con menos que un Jagger o Richards, ¡qué injusticia! Militar en una banda de primera fila no comporta un reconocimiento automático. ¿Qué distingue a los miembros de U2 que no tienen la suerte de ser Bono de los músicos que los imitan en bandas como Achtung Babies y Please U2? Y yendo un paso más allá, ¿qué los distingue en el directo, abstrayendo la parafernalia? Si su respuesta puede resumirse, despojada de la hojarasca retórica, en un “y a mí qué me importa, mientras suene”, tiene una cita el viernes a las diez en punto en el Kafe Antzokia de Bilbao, donde la banda de tributo española The Pink Tones rendirá con imaginación e ingenio homenaje a Pink Floyd. ¡Grande, grande!