Mañana es 6 del 6 del 6 y habrá que celebrarlo pinchando un poco de esa música que le gusta al Demonio. Bueno, es un decir: al pobre Satán se le identifica siempre con violines chirriantes, tremendos acordes de piano y masas corales de mucho susto, o con guitarras distorsionadísimas y vozarrones guturales, pero estoy seguro de que él prefiere el reggaetón y otras músicas de más pecar. De todas formas, quería atenerme a la tradición y recomendarles dos artistas que dan miedo cuando se les escucha a oscuras. Ponen nerviosos, sobre todo, a los vecinos desprevenidos, pero también envían mensajes de alerta por la columna vertebral del propietario del disco. La primera, más conocida, es Diamanda Galás, la señora de arriba, una californiana de origen griego que deja a PJ Harvey a la altura de Elsa Baeza. Con su voz de amplio espectro y la ayuda de efectos electrónicos, lleva más de veinte años cantando a las fuerzas más oscuras que actúan en este mundo y el otro. Cualquiera de sus discos viene al pelo para la jornada de mañana, pero, por eso de la coherencia temática, quizá los más propios sean ‘Litanies Of Satan’ y ‘You Must Be Certain Of The Devil’ (aquí tienen un tema suyo en plan bastante convencional).

Les quería recomendar también un álbum de 1979 titulado ‘Anno Demoni’, que unos atribuyen al grupo italiano Jacula y otros, a su líder en solitario, Antonius Rex. Si no me equivoco, las distintas ediciones también llevan temas diferentes, pero seguro que el efecto es el mismo: imaginen un órgano de iglesia y voces que imploran en latín, con títulos como ‘Missanigra’ o ‘Morti vident’. De verdad que es una de las cumbres del malrollismo en una época, la progresiva, bastante propensa a estos excesos de oscuridad. Déjense caer en la tentación y, por lo menos, prueben estos aperitivos del banquete de Belcebú.