Terry Pratchett nació en 1948 y todavía no está muerto, asegura la solapa de sus libros. Éste es el sentido del humor que destila a lo largo de toda su producción, que no es escasa, de literatura humorística, de fantasía y juvenil. Por lo que mejor se le conoce es por la saga del Mundodisco, un universo delirante que parodia las novelas bastardas a lo Tolkien que infestaban (¡e infestan!) las librerías a principios de los años ochenta. La saga, que va por la entrega veintitantas, comparte estantería con los libros de los que se mofa, y se puede encontrar en formato bolsillo, editada por Plaza & Janés. Según su creador, “comenzó como una parodia del ‘boom’ de la fantasía en los 80, siguió como una sátira de sencillamente todo, y ya no sé lo que es ahora. En este tiempo se ha promocionado al menos a cuatro escritores como ‘el nuevo Terry Pratchett’, de modo que ya no sé ni quién soy yo”. La sección española de la Legión Extranjera Klatchiana, a la que el firmante tiene el orgullo de pertenecer, mantiene una página sobre la peculiar cosmogonía creada por Pratchett: un mundo plano, en forma de pizza, sostenido por cuatro elefantes que se desplazan a lomos de Gran A’Tuin, la tortuga estelar. Sobre la superficie -y a menudo, fuera de ella- suceden las aventuras más hilarantes.