El compañero Benito comentaba el asunto de los monjes budistas del monasterio Sakya Tashi Ling, que le dan al doble trance, el del mantra y el de los loops. Decía que la cosa suena a una especie de versión baratilla de Enigma, pero no desvelaba quién se esconde detrás. ¿Quién produce a nuestros amigos, los budistas catalanes? ¿Ellos mismos, molinillo de oraciones en mano? ¿La anónima señorita de escote vertiginoso y nada espiritual que se hace cargo del estribillo en el videoclip? He mirado y remirado por todas partes pero no encuentro el dato. Estos proyectos misteriosos aportan su dosis de reconcomio. ¿Recuerdan cuando nadie sabía que detrás de Enigma se ocultaba Michael Cretu? ¿Aquellas listas de sospechosos encabezadas por Mike Oldfield y Vangelis? ¿O el susto que nos llevamos cuando después de todo tipo de cábalas descubrimos que Elbosco era en realidad este señor? Los foros correspondientes debaten ahora la identidad del autor y arreglista de las musiquillas budistas. ¿Será Cretu? ¿Será uno de los tipos que hacen los recopilatorios de Buddah Café? Sea quien sea, está claro que sigue el modelo enigmático. En cualquier caso, es una buena excusa para recuperar el referente y recordar que Virgin ha lanzado una caja de Enigma. Eso sí, para hacerse con ella tienen que ser ustedes personas muy adineradas, porque cuesta la friolera de 150 euros. Así que conviene recordar que ya existe un modesto recopilatorio anterior que incluye todo lo imprescindible bajo el título ‘Love, Sensuality & Devotion’.