Antena 3 empleó ayer el soporte publicitario más elegante del cosmos al emitir ‘La comunidad del anillo’ el día del eclipse anular de sol. El mensaje subliminal quedó impreso en la retina de cientos de miles de personas, que siguieron el fenómeno con sus gafas de cartón y por la noche vieron la película. Al que firma se le ocurrió salir a la calle con sus Rayban y fue severamente reprendido por un grupo de adolescentes, que salían del instituto a echar un pitillo y comerse un pincho de tortilla cubierto de mayonesa, como si eso fuera más sano que jugarse las dioptrías. Los eclipses inspiran una trascendencia lánguida y como de andar por casa, igual que la copa intercontinental de fútbol, que se disputa en esos horarios absurdos de mañana. Para celebrar esta ocasión, escuchamos en la oficina uno de los mejores discos de la historia, el ‘Dark Side of the Moon’ de los Pink Floyd, que cierra la estupenda canción ‘Eclipse’. Ya la colgaremos aquí cuando suceda el próximo, dentro de doscientos años, que el copyright habrá expirado para entonces.