Puede que para algunos lo de Crazy Frog sea algo parecido a una especie de ébola músical cuyo virus se transmite a través de tonos y politonos de móviles. Sí, es musiquilla cargante, cutre y como hecha con el tecladillo ese de Casio que te regalaban cuando hacías la primera comunión, pero hay que reconocer que el tipo que se oculta detrás de la (también horripilante) animación infográfica de la dichosa rana es un genio. ¿O es que nadie se ha dado cuenta de que hay un sujeto forrándose a base de vender -atención- la melodía de Harold Faltermeyer para ‘Superdetective en Hollywood’ y la mítica ‘Popcorn’ de Gershon Kingsley?