Este fin de volví a ver la película de Kiki, el amor se hace. Y la verdad es que la sonrisa no se me quitaba de los labios, divertida, extravagante, erótica, sus personajes no nos dejan impasibles.
A través de cinco historias nos adentran en el mundo de las filias y las parafilias en uno de los muchos veranos calurosos de Madrid.
Los protagonistas tienen unas formas muy curiosas de obtener el placer: Y así, en una sola película nos adentramos en varias filias diferentes, es decir, en distintas formas de llegar al placer: La Elifilia (la obsesión por determinados tejidos), la Somnofilia (excitación al ver dormir a alguien), la Harpaxofilia, la Dacrifilia (excitarse con el llanto), la urofilia (excitaciónpor la orina) y algunas más que también aparecen en la peli.
Estas filias tienen que integrase en sus vidas y para ello han de romper las formalidades sociales y sus tabúes, y es que los personajes han de dejar atrás los prejuicios para poder disfrutar de su sexualidad como a ell@s les gusta o van descubriendo.
Y es que nada está mal ni bien si ambas partes de la pareja así lo deciden y consienten.