Nos gustaría decir que ya nada nos sorprende. ¡Pero qué va! ¡Seguimos sorprendiéndonos! El ser humano se supera a sí mismo en muchas cualidades y en muchos logros, puede ser lo más de lo más de la creación…y al parecer puede ser también su peor enemigo.
Si, amig@s, hoy os vamos a presentar la nueva moda del “homo sapiens sapiens”. Como parece que ya nada es nuevo, que todo está descubierto, hecho o probado y hay que sentirse vivo, ¡nada mejor que la aptitud suicida para despertar sensaciones!
Cuántos calificativos peyorativos se nos ocurren para nombrar dicha aptitud, tanta gente válida y necesaria muriéndose, sin poder hacer nada por ellos y los que “quieren sentirse vivos” juegan con la muerte.
El “chemsex” es el consumo de todo tipo de estupefacientes, sobre todo, de metanfetamina y éxtasis líquido mezclado con fiesta y con sexo sin límites. Este trío suicida se alía mayoritariamente para “animar” fiestas entre hombres homosexuales. Y por si el riesgo no fuese suficiente el sexo generalmente se realiza sin preservativo, ¡nos reímos de la “ruleta rusa”!¡se queda en pañales con esto! Las drogas hacen que se cree la ilusión de que todo se puede, que nada supone un riesgo. Así que no nos extraña que se haya aumentado en un 7% el número de infectados de sida.
La palabra Chemsex en inglés significa sexo químico y nos llega exportado desde Estados Unidos, como casi todo, donde ya tiene jugando con la vida y la muerte a sus acólitos, pero sorpréndanse…o no se sorprendan ya ,porque todo es posible, España se ha convertido en uno de los mayores consumidores de dicho jueguecito. ¡En fin, juzguen ustedes mismos!