a veces no somos tan sanos que no solo competimos con nosotros mismos para crecer y ser mejores, sino no que a veces, muchas veces, más de las deseadas, competimos o sentimos rivalidad con la gente más cercana a nosotros.
Y si bien esa competitividad nos hace superarnos… a veces también nos aporta angustia por ser el más…, el mejor… Y lo que es más enjuiciable, nos hace que muchas veces el fracaso del otro, de ese al que en realidad queremos y con el que compartimos la vida, nos dé algo de placer.
Y si bien es humano, y como de humanos es corregir los errores,…alegrémonos de las “victorias” y compartamos el dolor con los “fracasos”, eso sí que nos hará más humanos y nos acercará al otro.
Si siempre tratas de que parezca que tu vida es perfecta y tú también, y así intentas hacérselo ver a los demás… suscitarás envidias porque la vida jamás es perfecta y estás vendiendo humo, ¡pero eso sí, el humo que todos deseamos para nosotros! Y en la pareja pasa igual, si siempre nos mostramos más listos, cada idea que tenemos la sobrevaloramos por encima de la del otro,… no vamos a suscitar más que resentimiento y eso está muy alejado del amor y de la admiración. La humildad… ¡qué gran cualidad!
Y hablando de humildad… ¿os habéis fijado cómo nos acerca la petición de perdón al otro si hemos metido la pata? Pedir perdón, además de decir con este hecho que nos hemos colado, también le hace sentir a la otra persona que nos hemos puesto en su piel, que le entendemos. ¡y esto acerca…sí o sí!
Como decimos, otra gran cualidad es la empatía. Ponte en la piel del otro, es la mejor manera de entenderle, las personas empáticas tienden a rivalizar o competir menos. Se acercan más al otro y no necesitan estar por encima.
Y otra forma de acercarnos al otro desde la no competición es pedir ayuda. Curiosamente cuando pedimos ayuda el otro se acerca, vamos a decir viene a nuestro lado, no se coloca por encima. Esto no nos hace débiles, nos hace carentes (con todo no podemos y de todo no sabemos) y ahí como ser humano que el otro también es, se siente identificado con uno y se anula la competitividad.
Seguro que vosotros encontráis más formas de no rivalizar con vuestra pareja, no dejéis de ejercitarlas hasta que salgan de forma mecánica.