¿Qué les pasa a algunos hombres con su deseo? Vamos a centrarnos en las parejas heterosexuales. Os hemos hablado en alguna ocasión del bajo deseo sexual en los hombres, de cómo es algo bastante mal llevado, mucho peor que en las mujeres, ya que un hombre sin deseo, ¿cómo se ve eso? Es algo que se lleva en total secreto, así como en los mujeres, con la amiga de confianza, en cuadrilla, se puede hablar y se comenta que “no me apetece nada, mi deseo no sé por dónde andará, espero que no venga con ganas esta noche…”. ¿Os imagináis esto dicho por un chico? Oír a un chico decir, “espero que esta noche no venga con ganas…”, seguramente sería un comentario que haría girar muchas cabezas y dejaría a muchos y muchas boquiabiertos. En el hombre siempre esperamos que esté dispuesto, y si esto no ocurre, ufff, ya empezamos a darle vueltas a ver qué le puede ocurrir: “no le gusto, se ha desenamorado, tiene a otra…”.
Muchos en consulta comentan que no saben por qué, pero es que, “no tengo ganas, no se me pasa por la cabeza. Si ella no me pide, podría estar sin sexo una buena temporada. Es por ella por la que muchas veces tengo que hacer un gran esfuerzo”.
Hay casos, no vamos a decir ni muchos ni pocos, pero que si es verdad que van aumentando, en los que la mujer tiene un deseo más alto que el hombre. Esto, que puede ser el sueño de algunos hombres, para otros acaba siendo una auténtica pesadilla. Las mujeres van cogiendo cada vez más confianza a nivel sexual, tienen más claro lo que quieren y a algunos hombres hombres esto les “anula”, les hace sentirse inseguros y con una presión añadida de tener que dar la talla y de ser unos auténticos machos para poder satisfacer el deseo de ella. Cosa que no tiene porqué ser así. Entonces, Al verse y sentirse incapaces, una de las salidas que toman es “hacer” desaparecer su deseo. Pero claro, no es una salida válida. Esto, a la larga, va a crear problemas en la pareja y consigo mismo.
Normalmente, la pareja, antes de llegar a consulta, lo ha probado todo. La mujer ha mostrado su deseo, de forma directa, de forma indirecta, le ha provocado de todas las maneras posibles, ha dejado tiempo de por medio para ver si las ganas aparecen, aunque sea la necesidad fisiológica, pero normalmente ni por esas… Entonces lo que normalmente ocurre es que está tan desesperada que decide no hacer nada y que sea él, el que le pida. Con lo cual su deseo acaba por verse también afectado, se llega a encontrar totalmente apática sexualmente. Y aquí, en este punto de apatía es cuando llegan normalmente a consulta porque ya no saben qué hacer.
¡Qué difíciles somos a veces!