A esas mujeres, y a algún que otro hombre, que soportan aquello que la gran mayoría de la población no soportaría o toleraría ni un solo día, a esas personas les dedicamos hoy nuestro blog. Para que se animen, para que se atrevan, para que rompan sus cadenas, y a aquellas que ya lo hicieron, que se animaron, se atrevieron y rompieron sus cadenas nuestra más sincera enhorabuena.
Lo primero que nos gustaría deciros es que vuestro querido y odiado agresor no va a cambiar, por muy bien que lo hagáis, por mucho que le demostréis,…por mucho que le perdonéis, NO VA A CAMBIAR, no os empeñéis. Es batalla perdida.
Segundo, ¿creéis que esto es amor? ¿Pensáis que se puede amar a alguien que te maltrata? Incluso, ¿os ama aquel que tanto daño os hace? Hay algunos refranes o dichos populares a los que no deberíamos de hacer mucho caso: “El que bien te quiere te hará sufrir”, y algunos otros que deberíamos tener grabados a fuego: “Al enemigo puente de plata”.
Tercero, si no va a cambiar y esto que vivís no es amor, ¿a qué esperáis? Marchaos o que se marche. Que no es fácil, ya sabemos. Que hay hijos por medio, pues pensad que vuestros hijos están aprendiendo lo que es una relación de pareja desde dentro, viéndoos a vosotros, del ejemplo se aprende ¿no? Y si aprendemos lo que vemos ¿queréis este tipo de relación para vuestra hija, hijo?
Y cuarto, maltrato no sólo es que te peguen-golpeen, también te maltrata el que te humilla siempre que puede, aquel que llega un día sí y otro también alcoholizado perdido a casa, aquel que te pone los cuernos en cuanto tiene ocasión,…
Y uno se pregunta ¿Por qué aguantan esto? Pues bien, hay una serie de características que comparten las mujeres maltratadas y que les lleva a aguantar estas situaciones o que se generan debido a la situación que viven:
– Se obsesionan por la relación. Se empeñan en conseguir que funcione y no abandonan.
– Niegan el alcance del problema. No terminan de ver la gravedad de la situación. El riesgo que corre su vida e incluso la de los posibles hijos.
– Mienten y se mienten para disimular lo que pasa en la relación.
– Tienen cambios bruscos en su estado anímico.
– En muchas ocasiones tienen accidentes debido a la distracción. Están como idas, despistadas.
– Repiten intentos de controlar la relación. Vuelven a más de lo mismo, pensando que ahora va a ser distinto, pero siempre es igual.
Si quieren recuperar su vida, tener una oportunidad para ser felices, tienen que buscar ayuda, tanto en familiares y/o amistades como en profesionales, tienen que asumir que la vida, su vida, en primera y última instancia es responsabilidad de ellas y también han de enfrentarse a sus propios sentimientos en vez de evitarlos o no quererlos escuchar. Y lo que es más importante: cuando vean o intuyan que una relación es destructiva, han de poder renunciar a ella sin experimentar una depresión que las lleve al pozo oscuro.
Miraos al espejo, veréis lo estupendas que sois, miraos por dentro, descubrid el valor que allí se esconde, reafirmaos. Os merecéis algo mejor, os merecéis amar y ser amadas, os merecéis llegar a un dulce hogar. Os merecéis amaros a vosotras mismas. Animo, valor y un gran abrazo. No estáis solas.