Un gran número de mujeres acuden a nuestra consulta buscando una solución a su bajo deseo o la falta de él. Pero quizás, teniendo la idea de que los chicos siempre tienen ganas, os sorprenda saber que ellos también acuden de forma cada vez más frecuente, por esta misma causa. Nuestro día a día nos come, el stress, la exigencia personal, y los hábitos de vida que llevamos están tiranizando y oprimiendo nuestra vida sexual, y pasamos de esta escasez sexual a un consumo indiscriminado de ella (depredadores sexuales), que al fin y al cabo son dos caras de la misma moneda. Pero hoy nos queremos centrar en una de las múltiples causas posibles de que nuestro deseo y nuestra respuesta sexual general se vea afectado.

En Albora-Bide, cuando estamos ante un problema de estas características lo primero que descartamos es alguna posible causa física: ¿Estás en la menopausia? ¿Sufres alguna enfermedad física o mental? ¿Te han practicado alguna intervención quirúrgica?… Y lo que casi es más importante para la solución: derivado de todo esto ¿estás tomando medicación que interfiera con el deseo?

Los medicamentos que más nos afectan en este sentido son: antidepresivos, antihipertensivos, betabloqueantes, para los problemas de corazón, algún anticonceptivo,  medicamentos para tratar la acidez y úlceras que provocan dificultades en la erección masculina, en la lubricación y excitación femenina, algunos diuréticos, que afectan al deseo y la excitación, también afectan los  antifúngicos, medicamentos para la migraña, antihistamínicos, antipsicóticos, antiepilépticos y esteroides. ¡Casi nada! ¿Quién no toma algo de todo esto?

Vamos, que como veís el tema es bastante complejo, y eso que no hemos entrado en las causas psicológicas. Pero pensad un poco en la época en la que vivimos, si no estamos tomando un medicamento, estamos tomando tres. Medicalizamos nuestra vida de forma indiscriminada y avisaros de que muchos de los medicamentos que tomamos no nos avisan de estos “daños colaterales”. El sexo se sigue viendo como algo sin importancia  y de lo que podemos prescindir. Así que nos jodemos, ¿no? O mejor dicho, joder poco porque con tanta medicación … pocas ganas quedan.

Está claro que si hay que tomar medicación… habrá que tomarla, pero tenemos tanta medicación hoy en día en el mercado que podemos elegir, para una misma causa, medicamentos que no intervengan. Por ejemplo, tenemos distintos tipos de antidepresivos, la depresión hay que tratarla, pero podemos elegir uno que no afecte ni en nuestra erección, ni en nuestro deseo y que tampoco retrase o impida nuestro orgasmo.

Lo que tratamos de deciros es que cuando vayáis a tomar medicación le preguntéis a vuestro médico sobre los posibles efectos de esta medicación sobre vuestra sexualidad y en base a lo que os diga, decidáis.