Hasta hace poco las mujeres llegaban con angustia a esta etapa de sus vidas. No vamos a negar que el cese del período reproductivo puede traer consigo algunos trastornos físicos, pero el mayor peso negativo en esta fase viene dado por los condicionamientos culturales.
Durante siglos, la religión, la cultura y sociedad de cada época han potenciado únicamente nuestra función de madres. Millones de mujeres la han asumido como la única razón de su vida. Al acabar la época en la que es posible ser madres, se da por terminada nuestra razón social de existir. Y no hemos de olvidar que vivimos en una sociedad productiva, capitalista, donde el que no produce, ya sea en el trabajo, en los estudios o teniendo hijos, no sirve y está minusvalorado. Y tampoco olvidemos que vivimos en una sociedad en que la juventud y la belleza son sinónimos de éxito, de inteligencia, de futuro.
Una menopausia bien vivida y bien controlada médicamente provoca en general trastornos mínimos y sumamente controlables. Es verdad que la piel pierde elasticidad y envejece, se hace más fina (todo esto también afecta a la piel de nuestra vagina) y perdemos lubricación vaginal, pero si la mujer ha llevado una vida sexual activa no se verá muy afectada en sus relaciones sexuales. No olvidemos que el uso mantiene la función. Y si aún así el coito nos molestase existen lubricantes en el mercado para mitigar estos efectos. Os animamos también a practicar deporte para mejorar la calidad de vida.
Muchas veces escuchamos “Ya no tengo edad para eso”,… Esto es un error. Lo que hay que hacer es superar falsas vergüenzas y defender el derecho al placer sexual. No olvidemos que la sexualidad no es algo que tenemos o dejamos de tener, es algo que somos, sexuados.
Afortunadamente la creencia de que la sexualidad y el amor son patrimonio exclusivo de la juventud, ya está quedando poco a poco en el olvido. Como hemos dicho anteriormente la sexualidad permanece hasta que nos morimos con nosotras. El goce para la mujer no se ve afectado.
Hasta ahora no hemos dicho que muchas llegan a la menopausia sin pareja estable, fuese por el motivo que fuese. Y se podría pensar que ya no existen salidas ni alternativas para expresar su sexualidad. Sensibilizarse al placer es una actitud de vida. Es importante acabar con el paradigma de que sólo se puede concebir la satisfacción sexual a través de la pareja.
Vamos a acabar dando algunos consejos para poder seguir disfrutando de nuestra sexualidad y de los placeres del sexo:
• Hay que buscar tiempo y conservar energías para tener sexo: Hay que mantenerse sexualmente activa, tanto si se está en pareja como si se está sola. No debemos olvidar la masturbación, actividad que no es exclusiva ni de los adolescentes ni de cuando no se tiene pareja. Hay que tener en cuenta que practicar evita el riesgo de atrofiarse. Cuanto menos se practica más se atrofian nuestros genitales y menos ganas nos entran.
• Hay que hablar de sexo con la pareja, si que ésta existe: dile qué es lo que te gusta, excita, cómo y dónde. No hay que pensar que somos adivinos, hay que pedir para que se nos dé. Y el cuerpo hay que conocerlo y hay que quererlo, incluso con arrugas. No se puede pretender que nuestra pareja lo quiera si no lo queremos nosotras.
• Hay que ser curiosas. Muchas veces los problemas son por falta de información. Conoce el cuerpo de la pareja y el tuyo, las posibles reacciones, los puntos más sensibles, la variedad de recursos, el poder de los olores, de la música, de los aceites, de los masajes,… Utiliza la fantasía y a dejarte llevar. Todo es válido si los dos estáis de acuerdo.
• Mantener relaciones sexuales como si no existiesen los genitales, tomándolos como zonas prohibidas: es como si descubriésemos por primera vez el cuerpo de nuestra pareja: mirarlo, besarlo, acariciarlo con la punta de los dedos,… es algo muy excitante ya que aumenta muchísimo nuestras sensaciones.
• Trabajémonos la autoestima: dependiendo de cómo nos veamos, nos verán los demás. La clave está en disfrutar y hacer disfrutar. Hay que actuar de forma egoísta en positivo, es decir, “si busco mi propio placer haré que la otra persona disfrute también ya que me verá totalmente implicada y se motivará igualmente.”
• Huir de la rutina: pensar en hacer algo diferente, por muy tonto, simple o arriesgado que nos parezca. Todo vale. Improvisemos y sorprendámonos.
Chicas, nada ha acabado, simplemente las cosas cambian y si nos lo curramos, a veces, a mejor. Buen finde.