La doble traición. Por si no fuese bastante que tu pareja te deje por otra persona, va y resulta que la otra persona es tu amig@. Te has quedado sin pareja… y sin amig@.
Doble duelo, doble dolor, doble decepción.
¿Por qué las personas no somos capaces de hacer las cosas bien? La cobardía impera y se apodera de nuestros actos. ¿Acaso no sabemos esperar… un poco? ¿No podemos primero romper la relación, y después empezar la nueva? ¿No sabemos parar a la pareja de nuestro amig@ y esperar a que haga las cosas bien? O, ¿no sabemos nosotros mismos esperar a que dejen las cosas claras y después ya se verá? ¿Acaso no es nuestro amig@? Impera el YO, el egoísmo, la ansiedad. Y cuando esto sucede triunfa la decepción.
Esperamos, fruto del más puro narcisismo, que el otro entienda, que “jolín, nos gustamos y tenemos derecho a estar juntos”. Pues claro que si, pero hagamos las cosas bien, restemos y no sumemos dolor. Empecemos bien las cosas y terminémoslas mejor. Solo nos va a llevar un poco más de tiempo, ¿acaso si esperamos ese tiempo nuestra pasión se va a esfumar? Pues que efímera, ¿verdad?
Y lo que parece que no queremos entender en estos casos y en otros muchos es que las parejas pasan, pero los amigos permanecen. Nos gusta pensar y también decir que los amigos son la familia elegida.
Si estáis en esta situación… poneros un poco en vuestro amig@, porque es vuestro amigo, ¿verdad? ¿Vuestra amistad vale algo? Si es así, esperar .