“¿Por qué el sexo con lo placentero que es no lo practico más?” Esta es una pregunta que se la hacen muchas mujeres. También es una pregunta que muchos hombres hacen a sus parejas, es decir, ¿por qué con lo bien que te lo pasas no quieres hacerlo más veces? En la consulta hay hombres que les dicen: “Se lo ha pasado superbien pero, ya verás hasta cuándo, la próxima cuándo será…”. Y ellas dicen, “es verdad, si es que a mí lo que me cuesta es empezar porque cuando estoy en ello me lo paso bien y me digo, venga mañana otra vez”. Pero llega mañana y nada, y pasado y tampoco, cualquier excusa es buena para no hacer: que si he tenido un día muy duro en el trabajo, que los niños me han desquiciado, que la casa está hecha un desatre, que si hay un programa en la tele que quiero ver…
Esto que ocurra de vez en cuando no supone un problema ,pero si es algo recurrente nos deberíamos preguntar qué es lo que está pasando.
Podríamos hablar de que la pareja no “cumple”, no cubre tus necesidades, ya son años de convivencia y todo conlleva un desgaste… Y aunque suene a repetitivo porque lo comentamos muchas veces, no debemos de olvidar que la pareja es una planta muy delicada que hay que regar y cuidar diariamente. O realmente hay un problema de falta de deseo que habría que consultar.
Ahora estamos en verano y éste puede favorecer al deseo: vamos con menos ropa, más ligeritas, la piel morena, las vacaciones más o menos cercanas… es como si todo el mundo estuviera más predispuesto. Es verdad que también puede aparecer la excusa del calor, que también es buena, ¿os suena? “Hoy ni me toques que con el bochornazo que hace nos vamos a poner a sudar y no me apetece nada”, “Quita, quita que no puedo ni moverme con este calor, mejor nos tumbamos sin hacer nada”… Y también oímos a muchas mujeres que están deseando las vacaciones para descansar pero no entra en sus planes el sexo. Descanso es igual a no hacer nada de nada. Pues si lo piensas así, en ese descanso piensa cómo estás en tu vida, qué sientes por tu pareja, qué necesitarías para despertar ese deseo sexual, mira a ver desde cuándo estás así, analiza tus relaciones sexuales… Y habla y comparte con tu pareja.
A veces con hacer esta parada de reflexión llegamos a ser conscientes de lo que nos ocurre y ponerle remedio no es tan difícil ya que muchas veces lo que nos ocurre es que vivimos demasiado deprisa, no damos importancia a nuestra vida sexual y en el verano con el tiempo libre hay situaciones que se ponen más de manifiesto. Siempre es bueno saber qué nos pasa y tratar de ponerle solución que haberla hayla.