La próxima vez que vayas a tener una relación sexual no te quites los calcetines. Sí, sí, has leído bien, quédatelos.
Es de risa ya que seguramente al leer esto te está viniendo a la mente la imagen: completamente desnudo o desnuda salvo los calcetines. Es una situación de la que normalmente la mayoría de la gente huye, y hay que señalar que sólo la mayoría porque a algunas personas no les importa para nada pasearse y mostrarse con dicha prenda. Hay que decir que de glamuroso y sexy no tiene mucho, más bien nada. Pero con lo que os vamos a contar igual tenemos que cambiar el chip y acostumbrarnos a vernos con calcetines.
El caso es que el doctor Gerst Holstege, investigador de la Universidad de Groening, mientras estaba intentando averiguar qué sucede a nivel cerebral en el momento del orgasmo, llegó a una conclusión relacionada con el uso de calcetines. El uso de estos incrementa en un 30% las probabilidades de alcanzar un orgasmo. Increíble pero parece que cierto.
Según el doctor Gerst el secreto está en el calor que los calcetines proporcionan al cuerpo, y que, en consecuencia, dan mayor comodidad a sus portadores. Los calcetines mantienen una buena temperatura y así, al no distraernos del fresquito, se incrementan las posibilidades de obtener un orgasmo.
Lo hizo con un escáner de emisión de positrones (TEP) con los cerebros de 13 mujeres y 11 hombres que estaban teniendo orgasmos en tiempo real. Cada persona se ponía debajo del escáner cuando su pareja la masturbaba desde fuera.
Gerst también comprobó que cuando se alcanza el orgasmo, todas las regiones del cerebro relacionadas con el miedo o con la alerta se apagan. Algo muy interesante ya que en situaciones de miedo o alerta (ansiedad, nervisosismo) podría ser un recurso a utilizar.