Aunque ya sabéis, los que nos leéis de forma habitual, que a nosotras nos gusta hablar de todo el abecedario que recorre nuestra piel, tampoco por eso vamos a dejar de hablar, siguiendo la metáfora, de la G. Y además sabemos que a todos os gustaría saber si esto del Punto G es un mito o una realidad, que algunos se están perdiendo. Y como llega el fin de y queremos que os lo paséis lo mejor posible,…

El descubrimiento se lo debemos a un médico, os vamos a decir el nombre, porque descubrirlo lo descubrieron aquellas afortunadas que experimentaron su caricia y lo comentaron o ni siquiera hizo falta comentarlo debido a sus expresiones de placer, el susodicho médico era Ernst Grafenberg.

El lugar donde localizarlo es detrás del hueso púbico, concretamente entre la uretra y la vagina. Y cuidadín, procurar haber ido a orinar antes de intentar estimularlo, no es que pase nada pero está muy cerca de la vejiga y su estimulación también estimula ésta y nos pueden entrar ganas de orinar, con lo cual podemos despistarnos de la excitación. ¡Y ya sabemos con qué facilidad las chicas nos vamos de la relación sexual…!

Este lugar podemos alcanzarlo con nuestros dedos. Os diríamos que cuando tratéis de localizarlo os dirijáis hacía el lado derecho de vuestra vagina y si estáis en coito, ¿habéis oído hablar de meterla torcida?, pues eso, lo mismo, introducir hacia el lado derecho de ella, hacia vuestra izquierda si estáis en la postura del misionero. Ahora hay estimuladores (vibradores) del Punto G y la verdad es que mira que nos gusta la juguetería… pero éste en concreto no lo hemos probado… ¡aún! Y no sabemos deciros cómo resulta, pero la tecnología a nivel mecánico suele funcionar muy bien.

Y chicos, para vosotros también hay un Punto G, la próstata (que nos nombra Axu) y ya sabemos dónde está…. en el “punto a”, a de ano. Atreveos, estimularlo, que porque os guste ya decíamos en otro post que no pasa nada, bueno… que no pasa nada malo, porque bueno desde luego sí que pasa, que tenéis algo más de lo que poder disfrutar.

Esperamos os resulte interesante y sobre todo placentero, que en esta vida llena del “tengo que…”, “debo de…”, podamos aún hablar del placer, de lo lúdico y del encuentro… pues no está nada mal ¿a qué no?.

Un besazo y a practicar.