Difícil pregunta, debido a la aún más difícil respuesta que hay para la preguntita de marras.
Y lo cierto es que podemos encontrar múltiples respuestas según nos haya ido la película a cada uno de nosotros.
Y como para todo hay estudios, ya que al parecer el ser humano necesita encasillarlo todo, controlarlo todo…y en este tema no iba a ser menos.
Es de esta forma que la Universidad de Harvard se enfrascó en la investigación del temita que nos ocupa hoy. Esta investigación postula que el amor eterno es posible siempre que se cumpla la siguiente condición: “que la pareja sienta auténtica empatía mutua. ” Es decir, que ambas partes sean conscientes de los deseos del otro, no es condición necesaria que los compartan.
Sin embargo, desde la universidad de Pisa se apuesta, tras analizar los efectos neuroquímicos que se producen en un cerebro enamorado, que duran un máximo de cuatro años. Es decir, que al igual que los yogures, las parejas tienen fecha de caducidad y todo lo que se haga por permanecer con el otro miembro de la pareja atiende a otras razones que nada tienen que ver con el amor. Podrá ser cariño, buen rollo,…Pero…nada más.
Así que ya veis, ¡hay para todos los gustos!
En Albora Bide vemos que en las parejas que llevan años con frecuencia surge la desilusión, es muy difícil que año tras año, circunstancia tras circunstancia, porque la vida no es un camino de rosas, ni mucho menos, la otra parte del dúo no esté a la altura en algunos capítulos del libro y tú, como otro que también eres, tampoco lo estés en otras. Y es que ciertamente ser compañeros de camino no es fácil. ¿No solemos decir que con todo el mundo no se puede viajar, ir de vacaciones?, pues en esto es igual. Y la vida es un viaje largo, con muuuchas piedras por el camino, y por supuesto con muchiiiiisimas rosas, pero esto último es más fácil de llevar que las piedras.
¿Qué opináis vosotros?