¿Cuántas veces habéis oído hablar de este trastorno o de este problema social? ¿Cuántas veces padres y madres os habéis mosqueado con algún tipo, en algún parque infantil? Y si sois profesionales, ¿Cuántas veces se os han colado en vuestra consulta? A nosotras en una ocasión un violador, y en dos ocasiones unos hombres con impulsos sexuales hacia niñas.

Nosotras no trabajamos ni con pederastas ni con violadores, por sistema, si nos llegan casos así los derivamos a algún compañero hombre. ¿Por qué? En el primer caso porque somos mujeres y no estaríamos seguras, y en el segundo, porque somos madres y no lo soportaríamos, no seríamos profesionales y además creemos que los pederastas y los violadores no responden bien a la terapia, digamos que el éxito terapéutico es ciencia ficción.

Pero bueno, vamos a ver qué es eso de la pederastia. La pederastia o pedofilia (palabras del griego que significan “tendencia a los niños”), supone la existencia de actividades sexuales con niños y niñas prepúberes (de 13 o menos años de edad).

Hoy en día, el tema se agrava con el uso de la tecnología. A través de Internet es posible acceder a material pornográfico pedófilo, e incluso, intercambiar o comerciar con niños. También es posible contactar con agencias que permiten adoptar niños del tercer mundo, a cambio de dinero y sin hacer muchas preguntas.

El abuso sexual constituye, para la víctima, una experiencia traumática que es vivido como un atentado contra su integridad física y psicológica, y no tanto contra su sexo, por lo que constituye una forma más de victimización en la infancia, con secuelas parcialmente similares a las generadas en casos de maltrato físico, abandono.

Y los pederastas, por otro lado, en muchos casos creen que el menor les estaba provocando, que en realidad les están enseñando, que no les hacen daño, que si la víctima consiente no están haciendo nada malo,… Pero, aunque en un porcentaje pequeño también hay casos de pederastas que son sádicos, complicándose aún más si cabe la problemática y el grado de agresión sobre la víctima, llegando incluso al asesinato.

Hablamos todo el tiempo en masculino porque el abuso a menores está cometido en más del 90% de los casos por hombres heterosexuales que utilizan la confianza y familiaridad, y el engaño y la sorpresa, como estrategias más frecuentes para someter a la víctima emocional, etc. La media de edad de la víctima ronda entre los 8 y 12 años (pero no significa que no se den abusos de niños más pequeños). Y el número de niñas que sufren abusos es entre 1,5 y 3 veces mayor que el de niños. Y se sabe que del 20 al 30% de los abusos sexuales a niños son cometidos por otros menores.

Algunos pederastas, que no quieren dañar, o pretenden bajar su condena, piden voluntariamente la castración química, pero el éxito de este sistema es dudoso y en muchos casos ha resultado ser un fracaso. Sólo parece que da algún resultado con aquellos pederastas que no tienen personalidad psicopática ni antisocial.

Es un acto considerado delito por la legislación internacional y la mayoría de los paises occidentales.

Os preguntamos vuestra opinión sobre el tema y si estáis o no de acuerdo con que se haga un listado público, con foto y dirección, de los pederastas.

Pero, de momento, un saludo y que paséis buen fin de semana.