¡Pero mira que es importante dedicar tiempo a los juegos eróticos! Tenemos dos amigas lesbianas que siempre nos inciden en lo mismo: en las relaciones heterosexuales…vais muy rápido. A nada que se os toca…¡hala,  a follar! Nosotras en cambio, jugamos, jugamos…y seguimos jugando.

Pues parte de razón tienen, ¡la verdad! Y eso que en los últimos años se le está dedicando algo más de tiempo y dedicación festiva a los “preliminares”. Y es que pensamos que este es uno de los grandes errores que cometemos, hablar de preliminares, es como que le restamos importancia a los jugueteos eróticos en aras del coito. Es como que son algo para provocar algo, no algo en sí mismos. Y como algo que es para algo, no le damos la importancia que se merecen.

Sin embargo las relaciones sexuales que carecen de estos juegos ¡y no pienso volver a decir previos!, se convierten en relaciones rutinarias, coitales o súper genitales. Y por ende…en relaciones rápidas.

Todos sabemos que ellos logran disfrutar más que  ellas en las relaciones rápidas. A nosotras  nos lleva más tiempo, hormonas, factores sociales, educacionales…da igual la causa, ¡es un hecho! Y lo que es más importante, es un hecho que tenemos y tienen que tener en cuenta.

Y nosotras tenemos muuuucha culpa de que esto pase, como aconsejamos a todas nuestras pacientes en Albora Bide,  tenemos que pedir, no dejar la responsabilidad de nuestro placer en nuestro compañero sexual.

Hay veces que nuestra pareja no acierta a saber cómo nos gusta o qué nos gusta y… esperamos, torpemente, que lo adivine. Y sino lo adivina o acierta…nos enfadamos, vamos acumulando rabia y frustración que generará a la larga o más a la corta falta de deseo. ¡Decid qué queréis y cómo!, no os cortéis un pelo, el otro no es adivino y tiende a haceros lo que le gusta que le hagan a él, pedid, responsabilizaos de vuestro placer, enseñad al otro el qué, el cómo y hasta el cuándo si hace falta.

Una vez se sabe qué hacer, el otro será capaz de “jugar” e innovar.  Así pues desde aquí, desde Albora Bide os recomendamos el diálogo y por qué no…el juego.