Sí, sí, como lo oís. ¿Sabéis cómo se juegan muchos la vida, por dinero, con una pistola con una bala en el cargador, no?. Pues la última es jugársela echando un polvo.
No nos referimos a los arriesgados concursantes que en una relación esporádica no usan preservativo, o, a aquellos que pretenden no quedarse embarazados con la marcha atrás.
Es más arriesgado, más insensato, más cutre. En Valencia se ha celebrado, no sabemos cuándo, pero no hace mucho, una fiesta gay en la que los chicos acudían a mantener relaciones sexuales, en plan orgía, sabiendo que uno de los participantes tenía SIDA. ¿Os imagináis?
Nos parece, por supuesto, un sin sentido, un intento de suicidio un poco, pero sólo un poco encubierto, ¿Qué pasa? ¿La vida ya no nos da la suficiente adrenalina?¿Tan poco la valoramos y nos valoramos? Hacemos puenting, nos montamos en barracas que si de hecho pagasen por montarnos no lo haríamos, nos atamos y zurramos,… en fin.
Nos preguntamos hacía dónde vamos. Nos gustaría saber vuestro parecer y tenéis tiempo para pensarlo y decírnoslos porque con este post nos despedimos hasta después de la semana de Pascua. Que lo paséis muy bien y de formas más placenteras y con menos riesgos. Como nosotras les decimos a la chavalería en los centros escolares “Jugad con la sexualidad y no os la juguéis con ella”.