El cansancio del día  nos puede. Cada día, y valga la redundancia, nuestro día a día es más y más exigente. Antes con la casa, el trabajo y los hijos ya estábamos agotados y el sexo quedaba para el fin de semana, pero hoy en día a esto le súmanos el aprender inglés, fotografía, ir al gimnasio,…y lo que cada cual le quiera sumar.

Así que el tener relaciones sexuales con la pareja queda para… ¿Cuándo?¡Pues no se sabe! Para cuando “estrenamos pareja” que por la novedad y morbo que ésta da parece que pese al agotamiento sacamos tiempo.

Las parejas, cuando vienen a Albora Bide, nos comentan que dejan las relaciones para  “momentos  más favorables” y esto se convierte en  una trampa  ya que encontrar un  momento favorable es muuuyyy difícil y si a esto le sumamos años de relación, de más de lo mismo, se acaba convirtiendo en imposible.

Y seguimos sumando, si las relaciones escasean, cuando éstas se producen y el resultado no es muy satisfactorio…la frustración está asegurada, y es que si tenemos varias relaciones porque una no nos acabe de llenar…no pasa nada, están las otras, para “compensar” , pero si nos jugamos todo a una carta y ésta sale mal…en nuestro cerebro, que como todos sabemos tiende a recordar lo negativo, más que lo positivo… queda una mala sensación en cuanto a las relaciones sexuales y esto puede ayudar a que aún se demoren más y más en el tiempo, convirtiéndose en una pescadilla que se muerde la cola.

En la consulta, en Albora Bide, solemos comentar con nuestros pacientes que quedamos para todo: quedamos un día y a una hora para ir al cine, quedamos para ir a cenar y reservamos, quedamos para acordar vacatas… ¡pues si vemos que el sexo se nos demora, que no fluye, que no parece que exista un buen momento, ¿por qué no proponemos  una cita erótico festiva? ¿Por qué tiene que ser algo natural y espontaneo? Dejémonos de bobadas, si vemos que no hay forma de estar íntimamente con la pareja, ayudémonos a recuperar nuestra frecuencia y salgamos de la rutina para meter calidad, para sumar en positivo.

No dejemos que el día a día nos coma, se nos llene de obligaciones, muchas de las cuales son bastante ingratas y apostemos por el goce y el encuentro.