¿Cuántos de nosotr@s hemos bailado, tatareado o canturreado la canción de “Felices los cuatro” de Maluna? Éxitosa y controvertida canción, ya habla de amor a…cuatro. Él, ella y los amantes o parejas de ambos.
Pues hoy, desde Albora Bide, vamos a ir más allá y os vamos a plantear la siguiente pregunta: ¿cuando nuestro amor está en otro país o en otra provincia…le guardamos fidelidad? Poneros en la situación, aunque no sea vuestro caso.
Cada día más el amor libre triunfa en las alcobas, la promiscuidad se ha adueñado de los cuerpos y las camas, los amigos con derecho a roce abundan y las parejas están pasadas de moda. La vida, o la forma de vida ha cambiado, tanto hombres como mujeres suelen ser económicamente independientes y esto marca una gran diferencia con el pasado: la pareja es una opción y no una obligación.
Y si a esto le sumamos la distancia física por cualquier razón: trabajo, estudios,…¿en dónde queda el amor restrictivo? ¿el amor exclusivo? o ¿quizás no deberíamos hablar de amor, sino de deseo? ¿No sería más correcto? ¿El amar a alguien hace que el gusto por los otros desaparezca? A veces si, a veces no, ¿verdad? Y si como hemos dicho a esto le sumamos la distancia y con esa distancia sumamos no sexo en semanas o incluso meses con la persona amada. ¿Qué pasa?
¿Hará esta distancia que extrañes al otro o servirá para olvidarle? O como dice Paulo Coelho, “Solamente pasaba diez minutos con el amor de su vida, y miles de horas pensando en él”.
Nos gustaría que cada un@ de vosotr@s se ponga en situación y piense qué cree que haría en dicha situación. Sed sinceros, nadie escucha vuestro pensamiento.