Este miércoles será juzgado un médico de Madrid por abusos a una paciente de 25 años.

Esto desde luego no es habitual, gracias a Dios.

Cuando uno entra en la consulta de un médico se pone en sus manos, y literalmente es así, te palpa, aprieta,…lo que se necesite para valorar el daño. Y ciertamente ha de ser así, rayos X no tiene en sus ojos y con la palpación se ven muchas cosas susceptibles de ser luego examinadas a fondo.

Pero que acudas por una infección de orina a una consulta  y te manoseen los pechos, te metan los dedos en la vagina, ¡sin guantes!, te metan un objeto por ella y luego por el ano, y te froten el clítoris con el pretexto de relajar la vagina…¡vamos que…!

Pues estos son los hechos.

¿Las consecuencias? Las mismas que en cualquier abuso sexual: trauma, depresión. Y nosotras diríamos que una sensación de indefensión enorme por la víctima, si la persona que te iba a curar, en la que delegas tu integridad física, te agrede… ¿Quién no va a hacerlo después?

¿Que por qué la paciente consintió esto? ¿Por qué no lo paró? Puede ser que os lo estéis preguntando. Pues muy fácil. Un médico tiene credibilidad,  y autoridad  suficiente para conseguir que un paciente no dude de su criterio en la consulta. Haces lo que te dice, cuando te lo dice para resolver tu situación.  Luego poco a poco empiezas a pensar que a lo mejor todo eso no era necesario, que por qué hace esto. Pero la persona ya está sumida en un estado de desorientación absoluta que solo cuando pones distancia eres capaz de valorar de una forma objetiva.

Llegas a tu casa y si encima lo cuentas…es cuando al oírte y ver la reacción del de en frente empiezas a ver con claridad lo que ha ocurrido y ahí ya…¡flipas! Tu desorientación, tu negación de la realidad…se caen al suelo y tú también caes con ello.

Levantarse cuesta, pero no significa que no sea posible, no hay que darle al agresor la victoria de haberte derrotado de por vida.

Buscar ayuda especializada es importante y tener el apoyo y el cariño y la compresión de los tuyos…imprescindible.

En Albora Bide cuando atendemos casos de abusos o de violación, si la/el paciente nos lo permite, siempre llamamos en una ocasión a la familia, el entendimiento de la situación por parte de ellos y su apoyo incondicional ayudarán a la víctima en su recuperación.