Muchas veces nos empeñamos y empeñamos en que las cosas salgan bien o lo que nosotros entendemos por bien, ¡claro está! Es decir, que perduren en el tiempo.
No nos damos cuenta que una forma de que las cosas vayan bien puede ser que si vemos que van mal nos retiremos a tiempo. Una retirada a tiempo puede librarnos de miles de heridas.
La pareja ha de servirnos para crecer, florecer, sacar lo mejor de nosotros mismos. Si por el contrario nos aplasta, aliena y saca lo peor de nosotros mismos…¿no sería una gran victoria retirarnos?
Retirarse no siempre es perder, como suele decirse, “Una retirada a tiempo es una victoria” pues de permanecer puede suponer una gran pérdida. Incluida la pérdida de nuestra dignidad y esencia.
Y a veces, muchas veces, retirarse es una acto de valentía, que no de cobardía, que nos ayudará a reforzar la confianza en nosotros mismos y mejorara nuestra autoestima.
Os dejamos aquí un cuento contado por Jorge Bucay para ilustrar lo que os decimos. Ojalá os guste y…os sirva.