¡Qué! ¿Os suena de algo la frasecita?

Hoy vamos a empezar por el final y os vamos a dar  la solución nada más empezar: “Folla más y jode menos”. Deja de fastidiar a los que tienes al lado, deja la rabia y el deseo de venganza o hacer daño, no malgastes tu energía, que  es limitada,  en intentar joder. Gástala en buscar tu felicidad,  en algo positivo que repercuta  en tu bienestar. Ocúpate de tu vida, responsabilízate de tu felicidad.

A veces por propia insatisfacción con nuestra vida queremos ver a los demás igual de mal que nos sentimos nosotros mismos, es como si estuvieramos enfadados con el mundo, y expresásemos dicho enfado jodiendo al otro, o por lo menos…intentándolo, porque ya todos sabemos que “no jode quien quiere…sino quien puede”.

Otras veces, y ya que vamos de frasecitas, jodemos al otro por lo de “si no eres mía…no serás de nadie”, “ni jode, ni deja joder”, en fin, muchas formas para hablar de una sola cosa, lo aborrecibles que podemos llegar a ser.

Y los celos, ¿cómo olvidarlos en este arte de joder al otro? Por celos se hacen y han hecho verdaderas barbaridades, mentir, manipular, acosar, amenazar, matar…no hay límite, es una escalada en la violencia  porque “En el amor y en la guerra todo vale”. Terrible y cotidiano es justificar o excusar las malas conductas de uno por amor. ¿Cómo un sentimiento tan maravilloso como el amor puede hacernos cometer un acto vil? ¡Imposible! El que es capaz de algo así no ama al otro, solo se ama a sí mismo, si acaso, porque lo más seguro es que ni eso sea cierto. La inseguridad personal, la baja autoestima nos pueden jugar muy malas pasadas, nos pueden convertir en un monstruo para nosotros mismos y para aquellos a los que decimos amar.

En el libro  de Sun Tzu “El arte de la guerra” la afirmación, “la mejor guerra es en la que no tienes que luchar”, nos da la clave para ganar todas nuestras batallas en la vida.

“Vive y deja vivir”. “Deja pocos muertos en tu camino”.