Muchas mujeres, y cada vez más, se operan sus pechos, es una de las cirugías de estética con más demanda en la península, y probablemente la causa más corriente por la que una mujer entra voluntariamente a un quirófano a hacerse una intervención puramente estética en todo el mundo.
Los pechos son admirados por todos y todas, a ellos se les nota más su mirada, porque la discreción no suele ser una de sus virtudes, pero ellas también miran, pero de forma más rápida, razón por las que se las nota menos.
En esta sociedad de imagen, ser físicamente atractivo es un valor en alza, y si se puede conseguir son muchas las mujeres que se someten a esta intervención, pese al riesgo que siempre conlleva entrar en un quirófano.
Pero a pesar de que la razón estética es la razón por excelencia por la que se entra en el quirófano también hay otra razón, y es la reconstrucción de la mama tras una extirpación por cáncer.
Y aquí hablamos del aumento pero también hay mujeres que han de reducir el pecho, ya que es demasiado grande, y los problemas de espalda o de autoestima que estos generan hacen “peligrar” su salud. La intervención en estos casos y en el de la reconstrucción tras un cáncer en nuestro país queda cubierta por la seguridad social.
La intervención consiste en “crear un bolsillo” debajo del músculo e implantar una prótesis de silicona que hace que el volumen y contorno del pecho aumente y se mantenga firme.
Si te animas a esta cirugía, ten claras tus razones, si atiende a tu deseo o al del otro, si tú te ves bien y te gustas a ti misma no cambies tu aspecto físico por nadie. Si en estos momentos estás deprimida o muy vulnerable quizás tampoco sea el momento de meterse en tanto fregao. Siempre hay tiempo para intervenirse, espera a estar más fuerte si éste es tu deseo.
Y ten claro que esto no cambiará tu vida, te puede ayudar a superar algún complejo pero si eres de las que se acomplejan, no lo dude, aparecerá otro.
Y si por fin elijes hacerlo, busca un buen cirujano, cualquiera no sirve.