“Pues sí, si la hija estaba estupenda… ¡resulta que su madre estaba tremenda! Llevábamos ya dos años juntos cuando me presentó a su familia y ya me fijé en ella”, así nos contaba esta semana un paciente atormentado. “Todo iba bien entre nosotros, alguna que otra discusión sin mayor importancia, buen sexo, aficiones comunes,… […]