Muchas veces nos preguntamos si podemos mantener una relación de amistad con nuestra pareja. O si por el contario, la amistad dificultaría la pasión y se pasaría a otro tipo de relación.
Nos preguntamos también si la complicidad…¡tan maravillosa, por cierto!, que mantienen muchas parejas no es sinónimo de amistad.
Que en el mundo existen muchos tipos de pareja para todos es sabido, tan iguales y tan diferentes a la vez. Acostumbramos a decir que existen tantos tipos de pareja como parejas existen en el mundo. Cada una con su forma intrínseca de funcionamiento.
La verdad es que a la pareja le contamos tantas cosas por nosotros mismos y se acerca tanto a nuestro entorno familiar, laboral y social… que probablemente sea la persona que más nos conozca y con la que más información compartamos, incluyendo la información emocional. Generalmente, al igual que hacemos con los amigos del alma, le contamos nuestros secretos o por lo menos algunos de ellos. Y es la persona que hemos elegido para caminar a nuestro lado.
Pero eso si, la amistad, como todo en la vida hay que cultivarla, ya sea dentro de una relación de pareja o entre amigos. Es algo que va creciendo y que hay que cuidar y mimar. No es algo que se regale.
Solemos decir que los amigos son la familia elegida, ¿pero acaso la pareja no lo es?
Entonces… ¿dónde está la diferencia entre la amistad y el amor, o los amigos y la pareja? Porque está claro que a ambos si todo va bien, claro está, les queremos. Pero quizás amar y querer no sean lo mismo ¿verdad? Quizás una de las más grandes diferencias es que a las parejas les deseas sexualmente. Mientras que con los amigos lo que deseas es su presencia y no su cuerpo.
Otra diferencia, más pesimista hay que reconocer, es que muchas veces, demasiadas veces, para mucha parte de la población, las parejas pasan mientras que los amigos permanecen, si es que son amigos de verdad, claro está.
Otra diferencia es que las expectativas que depositamos en los amigos no tienen nada que ver con las que depositamos en la pareja. A los amigos les pedimos unas cosas y las parejas les pedimos otras.
Valoren cada uno y una que tipo de relación tienen y cual quieren, porque muchas veces no coinciden. A veces las cosas fluyen y otras nos las tenemos que currar.