>

Blogs

lurdes y mertxe

Esto va de sexo

¿Te atreves a masturbarte delante de tu pareja?

¿Te apetece poner a tu pareja a cien? ¿Se te ocurre qué hacer? Una fórmula casi infalible es el masturbarte delante de tu pareja. ¿Qué es lo primero que se te pasa por la cabeza? ¿La vergüenza, el ridículo, la excitación, las ganas…? Para muchas personas esto no supone nada negativo, es algo para lo que se dan permiso, les encanta hacerlo porque saben que es algo excitante para su pareja y para él o ella. Pero no todo el mundo lo ve de esa manera. Hay personas que se niegan rotundamente a hacerlo, el que se lo hagan, o sea, ver a su pareja masturbándose, no es algo que rechacen. Al revés, les gusta. No ponen ninguna pega, ni piensan nada negativo. Pero hacerlo ellas, imposible. Es algo que tienen asociado a la intimidad y el hacerlo “delante de” les hace sentirse expuestos/as y ser el centro de atención no lo soportan. Tienen mucho pudor. Les hace salir huyendo.

En cambio para quien le gusta supone todo lo contrario: les “pone” ser el centro de atención, ya que son el objeto de deseo, la excitación que vivencia su pareja repecurte directamente en él/ella, hace que su excitación aumente de manera considerable, con lo cual el espectáculo está asegurado. Son personas con mucha seguridad en ellas mismas y con una buena autoestima.

Si eres de “los que” o “las que” no se atreven pero que les gustaría conseguirlo te vamos a dar algunos consejos.

Primeramente, iniciar la relación sexual como tengáis costumbre de hacerlo: juegos, caricias mutuas, sexo oral… de manera que ya hayas alcanzado un nivel de excitación importante. Sin alejarte de tu pareja, empieza a tocarte o incluso le puedes pedir que te masturbe y poner tus manos sobre las de él/ella, de manera que cuando tú decidas le pides que se retire.

Al principio te puede ayudar estar con muy poca luz y en ocasiones sucesivas ir aumentándola. Un paso previo puede ser practicar a solas delante de un espejo, de manera que te vayas familiarizándote con el sentirte observado/a. Otro elemento a añadir, pero que entendemos que cuesta mucho de primeras es el hablar, provocar también con el lenguaje. Por ejemplo, comentando cómo va aumentando tu excitación, qué te gusta más hacerte, contar una fantasía…

Y no te cortes, cuanto más descarado/a seas más asegurado está el placer.

Esta práctica, además de ser un juego de seducción y provocación, nos puede dar pistas de qué y cómo le gusta a nuestra pareja en cuanto a la forma de masturbarse: cómo se toca, qué ritmo y presión utiliza, si le gusta introducirse dedos, si toca solo los genitales o extiende las caricias a otras partes…

En fin, creemos que siemre que estés de acuerdo en hacerlo son todos beneficios y una manera de romper rutinas.

¡Anímate y prueba!

 

Temas

Por Lurdes Lavado y Mertxe Gil

Sobre el autor


febrero 2014
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
2425262728