El sexo es importante dentro de la pareja. Pero muchas veces no es ni como se supone que debería de ser ni como te gustaría que fuese.
Una situación bastante frecuente, y que últimamente han llegado a consulta, es en la que a una parte de la pareja no le apetece tener sexo porque su pareja no le hace disfrutar ya sea porque no llega al orgasmo y se desespera, o porque no le gusta la forma en que le toca y no disfruta… En definitiva, no tiene relaciones satisfactorias. Y en estos últimos casos, han acudido cuando ya la pareja está rota.
El hecho es que esta situación con el paso del tiempo se va agravando. Pero este es algo curioso. En vez de poner encima de la mesa la problemática y, cogiendo como ejemplo uno de los casos, decir: “Tenemos que mirar a ver qué podemos hacer porque no me apetece tener relaciones sexuales ya que me crea malestar el que no llegues al orgasmo”. Pues en vez de esto, no dice nada y se va alejando. No busca sexualmente a su pareja y tampoco acepta el acercamiento de la otra parte. Con lo cual, ¿qué le ocurre a la otra? Se siente rechazada, se empieza a comer la cabeza de qué es lo que pasa, se empieza a sentir culpable de la situación… pero no dice nada aunque se le pregunte o incluso llega a decir, “no pasa nada, ya mejorará la situación”.
Pero la cosa no acaba aquí, ya que lo que esa parte de la pareja que no habla llega a hacer es buscarse la satisfacción fuera. Sí, una salida fácil, ¿no? Busca a otra persona con la que relacionarse sexualmente y continúa de forma paralela, con su pareja.
Pero, normalmente, esto tiene una final, que llega cuando la otra persona, llega a un punto en que ya no entiende qué es lo que pasa, empieza a sospechar, empieza a buscar y, al final, encuentra el pastel.
A raíz de esto, se habla y es ahí cuando te cuentan toda la verdad, como modo de justicar lo que han hecho. Ha sido infiel porque no se sentía satisfech@ dentro de la pareja. Pero lo ha dejado pasar y no se ha enfrentado al problema. Pero, ¿es justificación? Además ha añadido un problema a su pareja además del que ya tenía.
Y entonces, es esta persona quien acude a consulta para sobrellevar la situación y poner solución a su problema.
A veces las personas somos muy enrevesadas y nos enfrentamos a las situaciones de la peor manera posible. Cuando hay un problema, en este caso en el terreno sexual, no esperes, enfréntate a él, no busque excusas ni justificaciones, porque por muy duro que sea siempre será mejor ya que con el tiempo, aquello que no mejora empeora. Como se sule decir: “Siempre coge al toro por los cuernos”.