Hoy en día internet forma parte de nuestras vidas.  Todo puede ser buscado y encontrado a través de internet, hacemos transferencias, hablamos por skype… Se utiliza para todo. ¿Os imagináis como os decíamos en algún post, un mes sin internet?  Eso ya es impensable, ¡sería un drama! ¡Qué rápido nos acostumbramos a todo!

Pero no debemos de olvidar  otro de los usos más extendidos de dicha tecnología:  ver porno, y es que es utilizado tanto de forma individual como en pareja. Es curioso recordar, por ejemplo, cuando al comienzo de nuestra consulta, hace ya  19 años, para estimularse, excitarse la persona o cuando trabajábamos en pareja , mandábamos ayudarse de alguna revista o película porno lo cual  para mucha gente era una odisea. ¡Qué vergüenza, yo no voy al videoclub a pedir una porno, qué van a pensar! Y si iban, que procuraban ir a uno bien lejano, luego te contaban las peripecias que habían hecho hasta coger la pelí, que normalmente no iba sola sino que se cogía alguna más para disimular. Y sino también estaba la posibilidad de ver, por decir algo, ya que ver lo que se dice ver no se veía, lo que se recreaba era la imaginación cuando en la televisión daban las pelís porno codificadas. ¿Os acordáis? Entre todas aquellas rayas… cada uno veía lo que podía y quería, pero si daba resultado no importaba. El objetivo era excitarse… y poder hacer algo.

Todo esto ya ha pasado a la historia. Ahora internet hace que ya no haya que pasar ningún apuro. En la consulta ya no hay pegas, si se les manda ver algo erótico o pornográfico. Todo es a la carta. ¿Qué es lo que más te gusta? Tríos, orgías, gays, lesbianas, masturbación,… Ahí lo tienes. Escribes, un click y todo tuyo. No te gusta, vuelves a teclear y cambio de pelí.

Sobre esto dos neurocientíficos, Ogi Ogas y Sai Gaddam han realizado una investigación sobre el comportamiento sexual secreto de más de cien millones de hombres y mujeres en internet, casi nada. Analizaron los resultados de las miles de búsquedas anónimas en la web y los resultados los han recogido en un libro: “Un billón de pensamientos malos”.

Los resultados que obtuvieron son muy curiosos y os hacemos llegar algunos de ellos a ver qué os parecen.

Comentan que, “los hombres gay y  heterosexuales tienen cerebros idénticos y gustan de las mismas partes del cuerpo, en orden de preferencia: pechos, glúteos, pies”. Lo de los pies es llamativo, ¿verdad? Pero, mirar la explicación, “los fetiches de los pies no son una desviación; los hombres están evolutivamente cableados a buscar pies pequeños (una señal de alta producción de estrógeno, lo que es una señal de fertilidad)”.

“Los hombres heterosexuales disfrutan de una variedad de erótica mayor de la que se imagina comúnmente, incluyendo sitios dedicados a mujeres de edad avanzada y transexuales”. Esta tendencia de ver a mujeres mayores parece que es para todas la edades. Los chicos desde jóvenes se ven atraídos por chicas bastante mayores que ellos: morbo, experiencia,…

En cuanto al tipo de mujer que prefieren los hombres son las de complexión más pesada, a mujeres delgadas. Para gustos están los colores, pero en la calle éste no es tipo de mujer que hoy en día capta más la atención, ¿no?

“Uno de los ámbitos de mayor interés en la sexualidad es la dominación y la sumisión, siendo las mujeres heterosexuales y los hombres gay los que están más interesados en la sumisión”. El ser sumiso o sumisa, cuando tú decides, en el sexo también tiene su puntito ya que es un abandono al placer, siempre y cuando haya unos límites, claro. Cuidado al que hace de dominador/a.

“Los hombres heterosexuales tienen una fascinación con los penes de los demás hombres “. Esto es bastante típico. Siempre comparando. ¿Virilidad igual a tamaño? No, para nada.

Las orgías es un tema bastante frecuente en las fantasías y concluyen que “los hombres fantasean mucho más sobre sexo grupal que las mujeres y colocan a más hombres que mujeres en la acción”. Curioso dato, cuando todos están con el trío, donde solo ellos son el hombre. ¿Quién no ha fantaseado alguna vez con participar en una orgía?  Suena a tópico, pero…

Dicen que, “los hombres ven al cuerpo de las mujeres como un objeto y que las mujeres necesitan sentirse seguras y deseadas además de atraídas sexualmente para disfrutar de su sexualidad”.

El término más buscado en PornHub no es “adolescentes” o “cheerleaders”, sino, bizarramente freudiano, “mamá”.

“Los hombres gay disfrutan en gran cantidad del porno heterosexual”. ¿Y, por qué no? Lo mismo que un hetero puede disfrutar del porno homosexual.

Pues ahí queda eso. ¿Dónde os identificáis?