Cuánta emoción hay tras la palabra confianza. Cuánta paz o cuánta tensión puede haber.
La confianza es un buen pilar, aunque no el único, sobre el que construir una relación de pareja, y debemos y podemos trabajarnos dicha confianza comunicándonos eficaz y sinceramente con nuestra pareja. En más de una ocasión os hemos hablado de la comunicación eficiente, directa, no manipuladora ni culpabilizadora. Usarla siempre.
Últimamente han llegado varias parejas a consulta manifestando que no confían en la otra parte del tandem. Que sienten recelo, dudas o sospechas de que les puedan estar engañando. El sueño y la paz se han roto.
Cuando esto ocurre, cuando las dudas asaltan a nuestra cabeza e invaden la emoción. Cuando la desconfianza se une a los celos, las conductas que se desprenden de esos celos son absolutamente desproporcionadas, empiezan a ser obsesivas, irracionales. La paz se acabó, la tensión domina cuerpo y alma y en muchas ocasiones nos domina la paranoia. Comienza una escalada de sospechas que hacen que aparezcan acusaciones, espionajes, y un intento de controlar la vida del el otro, con quién habla, cuándo, por dónde va… es una necesidad de control patológica, que hace daño tanto a quien la ejerce como a la persona sobre la que es ejercida.
Imaginaros qué situación. Uno todo el rato justificándose, lo que en muchas ocasiones origina más desconfianza, y el otro haciendo de espía, sin tener el título, ¡claro!, es decir, invadiendo la intimidad del otro de forma impune (mirando el móvil, entrando en su cuenta de Facebook, siguiéndole sin que se de cuenta,…). Y cuando esto pasa… las emociones se superponen y la desconfianza cual auriga ejerce el control sobre el caballo desbocado llamado amor. ¡La desconfianza prevalece y el amor desaparece!
A veces las dudas aparecen porque algo no está funcionando, no siempre son fruto de tu imaginación. Si tu pareja es evasiva en cuanto a la expresión emocional y a la atención que te da, es normal que dudes de su amor y a veces veas donde no hay debido al sentimiento de no sentirse querido. Otras veces aparecen producto de tu inseguridad personal, de tu baja autoestima, si tu no te quieres o piensas que no eres mucha cosa,… puedes pensar que puede encontrar a alguien mejor que tú. Ahí, si nos quisiéramos más, que distinto sería todo.
Y claro, la historia pasada también juega un gran papel en nuestra confianza o desconfianza: ¿nos la jugaron anteriormente? Confiabas al cien por cien en tu pareja y, ¿te fue infiel? , ¿lo has sido tú?; o por el contrario ¿la persona con la que estás es experta en darte celos?, ¿en sembrar dudas en tu cabeza? Te atormenta, es decir, ¿tiene un toque sádico?
En fin…el miedo a la pérdida a veces nos hace perder los papeles, perder la dignidad y subyugar al otro.
Confiar, y hablar y hablar…diciendo mucho. Usar una comunicación efectiva y mostrar vuestros sentimientos amorosos, gastarlos sin miedo, que no se gastan.
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