Sí, que el amor es bonito, todos lo sabemos. Pero que en nombre del amor muchas veces amamos poco… también es bien sabido.

¿A qué llamamos amar poco dentro del amor? Pues, por ejemplo, cuando a esa persona a la que aseguramos amar le pedimos que deje esas actividades o esos hobbys que tanto la gustaban, no le estamos queriendo mucho. Tampoco la amamos mucho cuando la “secuestramos” y solo queremos que esté con nosotros, ¡que se olvide de sus amigos!, ¡su familia ahora soy yo!…

Cuando  pedimos tanto… no podemos estar dando nada. Estamos haciendo del amor una renuncia, un sacrificio… una prueba de amor, en definitiva. Y si esto sucede, ¿no estamos anulando a la otra persona? Y, ¿alguien anulado, crece?

El amor nos puede dar seguridad, seguridad para explorar, para crecer, para aprender. Os contamos un estudio que se hizo hace años para demostrar la seguridad de un niño delante de la persona que le quiere. Pues bien,  entran en una sala una madre y su hijo de menos de 4 años, allí les espera una observadora. Mientras la madre está en la sala, el pequeño explora la habitación y no para de hacer travesuras, cogiendo objetos, tocando todo… En un momento determinado la madre sale de la habitación, dejando al pequeño a solas con la observadora, éste se detiene, deja de tocar todo, no coge nada…la persona que le hacía sentir que si existía peligro no le iba a permitir seguir con esa peligrosa acción…ya no estaba en la habitación, la persona que le quería ya no está. Deja de explorar…no está seguro…deja de crecer.

Y la pareja es igual, nos puede dar seguridad para lanzarnos a hacer aquello que siempre ansiábamos o para desarrollar aquella actividad que tanto nos gusta. Pero… no siempre es así, ¿verdad? ¿A cuánto habéis renunciado por  estar con esa persona?.

Que en algunas cosas hay que ceder lo asumimos, ¿no? La frase, “Cuando dos van a caballo uno ha de ir atrás”, lo deja claro, ¿pero no puede rotarse? ¿Siempre ha de renunciar el mismo? Exige tu tiempo, mantén tus amistades, estos son la familia elegida, desarrolla tus aficiones y comparte todo lo que puedas con tu pareja. No tiene porque ser incompatible.