El tamaño del pene es algo que ha preocupado, que preocupa y que seguirá preocupando, visto lo visto, a los hombres sea cual sea su edad.
¿Importa el tamaño del pene? ¿Pará qué importa? ¿Es necesaria una determinada medida para el placer? Ya os hemos comentado en diversas ocasiones que no. Que la importancia que se le dé está en la cabeza de cada cual. Por recordar, el tamaño del pene para que sea normofuncionante es de 8 centímetros. Y por supuesto, que en una relación sexual hay muchas más cosas que la penetración. Hay manos, hay boca, hay todo un cuerpo con piel del que se puede disfrutar desde la cabeza hasta la punta del dedo gordo del pie. Pero sí es verdad que en algunos hombres el tamaño está directamente relacionado con su virilidad, o sea, que ellos lo piensan así, no porque esto sea verdad.
Pues bien, esta preocupación del tamaño del pene no es exclusiva de una detreminada parte del planeta sino que la comparten todos los hombres parece ser que del universo. Los trucos, soluciones que se transmiten para intentar alargar un “algo” el pene son infinitos y a cada cual “mejor”. La última “solución” nos viene desde Tailandia, donde se ha extendido la idea de que inyectarse aceite de oliva, sí, sí… aceite de oliva en el pene, hace que aumente su tamaño. Pues es la última moda y con muchos seguidores, hablan de hasta 40. La alarma ha saltado con un hombre de 50 años que tras muchos años inyectándose aceite sufrió una infección que acabó en un cáncer, que le ha llevado a la extirpación de los genitales. ¡Menuda bromita!
La verdad que es un tema de preocupar y del que mucha gente intenta hacer negocio. Si os metéis en internet y buscáis métodos para alargar el pene, la lista es interminable y te puedes aburrir. Pero no parece que sea un tema de aburrimiento ya que hay muchos hombres que intentan con uno y otro método conseguir esos centímetros deseados. Hay para todos los gustos: ejercicios que debes de seguir al pie de la letra y que debes de hacer todos los días (por lo menos estos no cuestan dinero), pastillas de todas clases, extensores, aceites, cirujía… Hay de todo, de todos los tamaños, precios, colores… Os invitamos de verdad a que os metáis en internet y veais, si no lo habéis hecho ya, la oferta que existe. Impresionante.
Nos quedamos con que más vale pequeñita y juguetona que grande y torpona. Y añadimos que más vale conservar lo que se tiene porque si hay alguna intentona de cambio, lo más probable es que te quedes como estás, que no haya aumento de tamaño, pero como el caso expuesto, es que puedes llegar a perder el pene.