Siglo XXI. Mundo moderno. Mentes avanzadas. Nos creemos liberales, progres, de mentes abiertas. Se han dejado atrás ideas retrógradas, pasadas de moda y que pertenecen a siglos pasados. O eso creemos y, ¿nos gusta pensar?
Pero si nos paramos a analizar las noticias que han salido en los últimos días, la verdad es que no podríamos decir en qué siglo estamos, es como si estuviéramos leyendo la prensa de principios del siglo pasado.
Por una lado tenemos lo que el Tribunal Supremo de Turquía ha declarado en una sentencia por la venta de CDs con pornografía: el sexo oral y el anal son “antinaturales”. Y se puede equiparar al que incluya prácticas de “tortura, de violenia sadomasoquista, zoofilia o necrofilia”. Todo en un mismo saco. ¿No os habéis preguntado qué puede haber detrás de tanta represión sexual? ¿Por qué siempre se ha tendido a reprimir este aspecto? Pensarlo un poco y vereís cuánto poder se esconde con este gesto. Y cuánta distracción también. Así tal cual. Esto en Turquía. ¿Qué es lo que está pasando? ¿El conservadurismo llega con fuerza? ¿Es una manera de controlar a la población, su intimidad? Es decir, lo que se puede hacer en las relaciones sexuales es sota, caballo y rey (y esto te lo clarifican en qué consiste, no vaya a ser que te despistes), porque el resto está penalizado. Y directamente se cargan las relaciones homosexuales.
Luego cruzamos el charco y nos encontramos con que en Norteamérica, una compañía aeréa ha intentado impedir que una mujer subiese al avión ya que el escote que llevaba era “inapropiado”, o sea, demasiado escotada y ello en un avión, parece que podría provocar no entendemos el qué. Al final subió, pero tener que pasar por ese trago… ¿No es como de película? Pero de película de terror, vamos. Porque, ¿quién es el que o la que decide si es muy pronunciado? Y más aún, ¿es que nos deben de decir a qué altura deben de llevarse los escotes? ¡Esto es demasiado!
Y ya sin irnos a ningún otro lugar del mundo y quedándonos en casa, algo muy preocupante de verdad, es los casos de violencia de género que siguen dándose y sobre todo, entre la gente jóven, donde son relaciones de poder en las que él se siente el dueño de ella, y al hilo de la última noticia que os hemos comentado se permite decirle, por ejemplo, la ropa que debe llevar, si puede salir o no cuando él no está, con quien puedo o no relacionarse y todo esto es interpretado por ellas como gestos de amor. Es algo que recuerda a épocas lejanas en la que la mujer se sometia a la voluntad del marido, sin voz ni voto, pero desgraciadadmente, hay personas que repiten patrones y no avanzan. Y el número de casos aumenta y no hay día que no oigamos noticias relacionadas con este tema.
Esto es lo que hay