Cuando se pregunta a la gente sobre si creen que una pareja de, por ejemplo, 70 años, sus padres, sus abuelos… tienen relaciones sexuales, las respuestas más frecuentes suelen ser: ¡Qué va! ¡Ya no lo hacen! ¡No me los puedo imaginar haciéndolo! ¿A esas edades?¡ Imposible!

¿Qué pasa con esto? ¿Qué nos hace pensar que el sexo tiene fin? ¿Nos hemos parado a pensar que dentro de unos cuantos años, para alguno/as más y para otro/as menos, llegaremos a esa “tercera” edad y que de repente, no se sabe por qué, ya no vamos a querer tener sexo?

La sexualidad normalmente siempre va asociada a la juventud, a la belleza, a la vitalidad, fuerza… y por eso se nos hace tan complicado pensar que en esas edades el deseo, las ganas siguen estando ahí. Pero, de forma natural, siempre va a estar presente el querer que nos acaricien o querer acariciar. Como solemos decir: El órgano sexual por excelencia es la piel y ésta, aunque más arrugadita, la seguimos teniendo hasta el final de nuestros días, así que…

En este sentido, la Sociedad Española de Médicos de Residencias ha elaborado el primer documento sobre el sexo en las personas mayores en España. Se trata de un manual de referencia, consulta y guía dirigido a la población en general y a los profesionales y familiares de usuarios de residencias que no sepan cómo abordar o cómo actuar ante la manifestación del deseo afectivo y sexual en la vejez. Dos de las conclusiones a las que han llegado es que el “desgaste sexual” y que “la afectividad y la sexualidad no decaen con la edad.” Esto puede parecer muy claro y evidente pero la sociedad muchas veces cuando ve manifestaciones afectivas de personas mayores enseguida se pone a asociar con que es viejo/a verde, un pervertido/a, que eso no les pega,… y para nada tiene por qué ser así.

En consulta hemos tenido parejas de edad bastante avanzada que querían resolver algunos problemillas que les habían surgido y como curiosidad, os decimos que la pareja de mayor edad que ha venido ha sido una en la que él tenía 82 años y ella 80 y podemos decir que su vida sexual era de envidiar. Como no tenían mucho que hacer como ellos decían: “Todas las mañanas retozamos un ratito, nos tocamos mucho y nos damos muchos besos, nos encanta. Y cuando nos surge también hacemos más y vamos hasta el final.”

Hoy también está a la orden del día esas nuevas parejas que surgen, tras tiempo después de enviudar, por ejemplo, y que viven plenamente lo que significa una pareja incluida cómo no la sexualidad. Y te cuentan que nunca se hubieran imaginado que hubieran podido volverse a enamorar y a sentir aquello que tenían olvidado desde hace tiempo.

Así que vamos a ver si poco a poco somos capaces de ir quitándonos determinados estereotipos, falsas creencias que giran en torno al tema que hoy hemos tocado. Envejecer conlleva muchos cambios entre ellos, la pérdida de la juventud con su correspondiente belleza, su vitalidad, la salud,… pero el deseo sexual, normalmente sigue estando ahí, aunque cambie de cara, o de forma .