Pero mira que hoy es fácil tener sexo, con otro de tu especie, ¡pues no!, el ser humano muchas veces deja aparcada su humanidad y hace una animalada, en fin, que nos perdonen los animales, rectificamos “hacen una humanizada” y es que señores, mantener sexo con animales es una agresión, y la ley debería de penalizarlo de forma seria y contundente.
Bueno, pues con lo fácil que es salir a ligar ( aunque aquí en El País Vasco no lo sea tanto, je, je…¡cómo somos las vasquitas) , o recurir a internet, o al móvil, o incluso tener “follamigo/as”…! Pues eso, que parece que nada es suficiente, que tenemos que ir más allá. Hace años entendíamos, aunque no lo justificábamos, a los pastores, con sus amantes ovejitas, , pero hoy,… ¡si en el rincón más recóndito hay wifi!, prostíbulos,…o si no como dice nuestra amiga Amaia: “cuando la lavadora no está disponible,… ¡a lavar a mano!” Pues parece ser que no.
Los hombres del estado de Washington pueden tener sexo con animales, siempre que estos pesen menos de 18 kilos. Hay que ser ridículo, extravagante y un tanto cínico para aprobar una ley semejante. ¡Vamos que si el bicho es grande, no! Ahora, pobrecito si es pequeño y ligerito de peso, manejable, vamos…¿O es que si pesan más a lo mejor sus pollitas reciben un tarisco considerable, ¡apropiado por cierto para la ocasión! ¿O es que el que dictó la ley tenía cariño por sus pobres mascotas? ¿Pero qué ley es ésta?
¿En esta época de tanta indignación por qué no salimos de nuestros zapatos un poco y pedimos dignidad, cuanto menos, por nuestros amigos los animales?
Desde aquí condenamos la zoofilia y pedimos dignidad para los animales en los juzgados.