Hace unas semanas os hablábamos del porno para mujeres y de una mujer en concreto, que se dedicaba a ello, Erika Lust, directora de cine porno. Ella ha estado este jueves pasado en Bilbao para inaugurar una nueva edición de la Muestra de Cine dirigido por mujeres. Erika ofreció una charla bajo el título “Es posible un porno feminista” y lo que queremos compartir con vosotros son las declaraciones que ha hecho, que nos han parecido muy interesantes y con las que estamos muy de acuerdo. ¡Y por cierto: la exhibición ha comenzado ayer!
Ella admite que de primeras, ya le parece atrevido que le inviten a dar una conferencia sobre pornografía ya que ello conlleva polémica. Para ella “la pornografía es todo un discurso que habla sobre sexualidad y, hoy en día, este discurso está siendo llevado por voces masculinas. Para mí, hablar de pornografía es algo casi político, porque creo que es importante que las mujeres entremos en este ámbito y comencemos a dar nuestra propia visión de la sexualidad”. Afirma que “las mujeres estamos cada vez más interesadas, investigamos, vemos películas, hacemos reuniones tuppersex, compramos productos en tiendas eróticas… y también se empiezan a ver mujeres empresarias en este sector… En lugar de conformarnos y coger lo que hay, decimos, “esto no me gusta” y lo cambiamos”. Totalmente de acuerdo. La mujer se involucra cada vez más en su propia sexualidad, en hacerse responsable de su propio placer y para ello utiliza los recursos que están a su alcance como el comprar en tiendas eróticas o yendo más allá, es capaz reunirse con un grupo de amigas y montar un tuppersex donde además de pasar un rato divertido, se habla de la intimidad de manera relajada, compartiendo, fantaseando y comprando juguetería erótica para probar cosas nuevas, ayudar a romper con la rutina y en definitiva, invirtiendo en ellas mismas, en su placer. Os diremos que últimamente se están poniendo de moda los tuppersex en parejas, es decir, en vez de sólo mujeres, se reúnen varias parejas. Muy divertido también.
Erika Lust defiende que en sus películas son diferentes las sábanas, el vestuario, el maquillaje y las historias que elije contar. Y lo más importante es que las mujeres son las protagonistas, las que llevan la historia, las que tienen deseo, las que quieren tener sexo,… En sus producciones no aparecen “ni la enfermera cachonda o la lolita con trenzas, ni el chico mafioso o el macarra”. Busca la identificación con los personajes.
Quiere mostrar un acto de pasión, de lujuria, un acto de sexo. Cambia los planos, enseña aparte del cuerpo de la mujer, el del hombre, la cara, los brazos, el culo,… Es interesante, ¿no? Poder alegrarse con todo un cuerpo en su integridad.
Pues desde aquí le deseamos mucha suerte y esperamos ver más películas suyas. A lo mejor ahora no nos aburrimos después de los diez primeros minutos, ¿qué decimos? ¡Diez!, a los cinco.