Hoy vamos a tener en cuenta una de vuestras sugerencias y vamos a hablar sobre la eyaculación femenina. ¿Existe o no?, ¿Influye en tener mayor o menor placer?
De primeras decir que es un tema que genera bastante controversia, no hay investigaciones decisivas con datos concluyentes, pero, algo sí que hay y nosotras desde la consulta lo corroboramos.
La eyaculación femenina o squirting (denominación inglesa) es la expulsión de una cantidad variable de líquido durante el orgasmo. Es un líquido generado por las glándulas de Skene o glándulas parauretrales, que están situadas cerca de la zona G (punto G). Cuando la mujer está excitada, estas glándulas se llenan de líquido y como con el orgasmo, la pelvis se contrae, hace presión sobre los distintos órganos de la zona, y entre ellos sobre las glándulas de Skene, se produce el “rebosamiento” y posterior salida de esta sustancia líquida. Normalmente sale en poca cantidad, unas gotitas, pero puede llegar hasta varios cientos de mililitros que pueden ser recogidos en un vaso, para que os hagáis una idea de la cantidad que puede llegar a ser.
Las investigaciones se centran en descubrir si el líquido expulsado es orina que se escapa por diversas razones como la incotinencia, la debilidad de la musculatura de la vagina,…, si es la sustancia que segregan las glándulas de Skene, o si es una mezcla de ambas.
Hay que tener en cuenta que estas glándulas no funcionan de la misma manera en todas las mujeres. Hay mujeres en las que dicha secreción no se produce ni en mayor ni en menor medida.
Quien sabe mucho de ello es Francisco Cabello Santa María, médico, sexólogo quien se ha dedicado a investigar sobre la eyaculación femenina y no duda de su existencia. Con grupos de mujeres voluntarias observó en el laboratorio muestras pre y post orgásmicas y en ellas halló la presencia del llamado antígeno prostático específico.
La composición de dicho líquido es básicamente glucosa, fructosa y fosfatasa ácida prostática.
F. Cabello asegura que la gran mayoría de las mujeres debiera presentar algún grado de expulsión de este fluido, pero en muchas de ellas éste puede ser imperceptible o ir hacia el interior del cuerpo (retrógada).
Entre los estudios más recientes destaca el de la Universidad de Florida que afirma que el 82% de las mujeres declararon haber experimentado una liberación de flujo vaginal en el momento del orgasmo.
Lo que sí podemos decir y afirmar desde nuestra experiencia y desde los casos que trabajamos en nuestra consulta, es que hemos tenido mujeres que han experimentado esto de la eyaculación y muchas lo han vivido de una forma nada agradable. Comentan que es un problema porque muchas de ellas llegan a mojar la cama, hasta el punto de tener que poner toalla para no mojar la cama, otras se sienten avergonzadas porque no lo ven como algo “normal” y se preguntan, “¿Qué pensará mi pareja?”, y algunas piensan que se han orinado, que se les ha escapado. Con lo cual les llega a dificultar el poder disfrutar plenamente del sexo y les coloca en una posición de alerta y control.
Lo que hay que dejar claro es que el que se eyacule o no no tiene que ver con disfrutar más o menos del sexo y tampoco tiene que ver con la orina.
Para terminar y por hacer un poco de historia, ya desde los griegos hablaban de ello. Hipocrátes hablaba de semen femenino y posteriormente Galeno defendió la exstencia de un líquido seminal femenino. Y en 1950, Grafenberg hablaba de la existencia de una zona (punto G), que si se estimulaba emitía líquido en el momento del orgasmo.
Como podéis ver es un campo abieto a la investigación y seguiremos a la espera de nuevos resultados. Pero damos un consejo, las que eyaculéis disfrutad de ello. Y si necesitaís poner una toallita debajo pues adelante y sin más historias.