Hoy nos despedimos de vosotr@s hasta septiembre ya que ha llegado el momento de las vacaciones, deseadas por un lado, merecidas por otro y ¡cómo no!, necesarias tanto física como psicológicamente. Hay que despejar la cabeza, el alma y recuperar fuerzas para afrontar el nuevo curso en septiembre.
Este último post lo vamos a dedicar a reflexionar sobre este período vacacional y de paso si podemos ayudar a hacer de este tiempo un momento agradable e intenso, sexual y afectivamente hablando, donde nos queden recuerdos, sensaciones positivas que nos ayuden a hacer más llevadero el resto del año. O como decía un profe nuestro, que nos ayuden a llegar con dignidad a las próximas.
Este momento, en principio, es un tiempo de relajación, donde disponemos de mayor ocio y tiempo libre para compartir con nuestra pareja. Se supone que ello debería ayudarnos a estar mejor, a intensificar los lazos con nuestra pareja, nuestros hijos y en la mayoría de las personas se consigue el objetivo. Pero, desafortunadamente no es así en todos los casos. Normalmente, durante el año estamos acostumbrados a una rutina, a unos hábitos que hacen que cada miembro de la pareja tenga sus actividades y su independencia. Llega el verano y todo esto cambia: pasamos las 24 horas del día juntos y ello facilita el que aparezcan los conflictos o que esos conflictos que ya estaban pero se solapaban por la falta de momentos de encuentro y ahora que nos encontramos pueden surgir con toda intensidad. Entre ellos destacamos el aumento de discusiones por cualquier tontería tal como, “¿Qué hacemos hoy?”, “A mí me apetece ir a,…, pues a mí no, yo quiero,…”, y si hay niños, al no tener momentos de respiro nos vamos “cargando” y saltamos a la mínima, etc., etc.
En fin, es complicado, pero no es imposible y nosotras apostamos por unas buenas y emocionantes vacaciones que nos hagan regresar con una alegre sonrisa. Para ayudar en ello podemos tener en cuenta una serie de consejillos, que algunos no deberíamos ni de comentarlos, pero por tan básicos que son, muchas veces quedan en el baúl de los recuerdos:
– Planificad el tiempo buscando actividades que satisfagan las necesidades de ambos, a veces serán actividades compartidas y otras por qué no, serán individuales. No pasa nada.
– Buen momento para poder hablar tanto de lo bueno como de lo malo. Hay que estar receptivos a escuchar, siempre ayuda.
– Haz que tu pareja se sienta importante, transmítele que ocupa un lugar muy especial en tu vida. Aprovecha para expresar lo que sientes por él, ella.
– Si tenéis hij@s, organizad actividades exclusivamente pensando en ellos, y de esta manera estaréis tranquilos.
– Aunque aparezcan los conflictos, relativizad y no olvidemos el sentido del humor.
– No nos quedemos sólo con los momentos problemáticos y recordemos lo agradable, que nos dejará mejor cuerpo.
– No olvidéis las demostraciones de cariño, es el mejor antídoto para el malestar y el verano es largo, hay tiempo para todo. Incluso para los silencios, que no son negativos.
– Disfrutad de la piel, está más morenita, no hay demasiada ropa que la cubra y está deseando ser tocada.
– Reservad momentos para la intimidad, besos, arrumacos,…nunca sobran. Mucha afectividad y sexo, en definitiva.
Bueno, pues esperemos que paséis un buen mes de agosto, que disfrutéis de las fiestas de Bilbao y alrededores, y aunque ya sabéis aquello de que los hombres son de Marte y las mujeres de Venus, vamos a ver si este veranito somos capaces de vivir en un mismo planeta con objetivos más o menos comunes.
Ya nos contaréis. Hasta la vuelta.