El domingo, día 28, fue el día del Orgullo Gay. Uno de los lemas de este año ha sido “No más armarios en las aulas”. Estemos o no de acuerdo con lo de “salir del armario” para decir que una persona ha aceptado su orientación sexual, la verdad es que lo que promueve el lema es de lo más acertado.
Hoy en día, ¡todavía! en el aula, los niños, sobre todo, sufren por su condición sexual. Sufren la marginación por parte de sus compañeros, porque en el fondo no quieren que los demás les vean con ellos, no vaya a ser que se crean que ellos también son gays o no vaya a ser que se contagien.
En esto las chicas gays lo tienen más fácil, no se ven tan discriminadas por sus compañeras. Ellas no han de demostrar que son mujeres, a nosotras se nos da por hecho, pero ellos parece que eso de ser gays o se les pueda tachar de ello, ya cuestiona su virilidad, su masculinidad.
Es muy importante favorecer la tolerancia y la libertad sexual, pero no sólo en el aula, añadimos la casa. Muchas veces vemos algo en la tele y el comentario es “ya está ahí ese mariquita”, con cosas como éstas o más gordas estamos haciendo educación, educación para la intolerancia, para el no respeto, para generar homofobia,… Nuestros comentarios no son asépticos y en nuestros hijos hacen mella. Tenemos que ser un poco más cuidadosos, en nuestros hijos está el embrión de lo que será el mundo de mañana.