Ya sabemos que la vida en pareja no es una tarea fácil. Nadie nos enseña a cómo hacerlo, pero la verdad es que es importante aprender a convivir en pareja y más en estos tiempos que corren: crisis, stress,… que nos complica todo un poco más. ¡Ojala lo pusieran como asignatura! Nos facilitaría bastante la vida ya que muchas veces, ante las dificultades que se nos plantean, tiramos la toalla demasiado rápido porque no sabemos qué hacer ni cómo y pensamos que no hay salida, que todo se ha acabado. Y como recordatorio no debemos de olvidar que todas las parejas, hasta las mejores, pasan por sus momentos buenos pero también por sus crisis y es aquí donde hay que aceptarlo y saber cómo sobrellevarlas.
Entre los diferentes aspectos que tenemos que tener en cuenta dentro de la pareja destacamos: aprender a negociar, a resolver conflictos, a saber comunicarnos, a expresar nuestras emociones, tanto las buenas como las malas, a dedicar un espacio y tiempo a la intimidad, a la seducción, para mantener una buena sexualidad (procurad que el fuego no se apague y echar astillitas, poco a poco),…
Reconocemos que es un objetivo complicado, pero, ¡cuidado! no imposible, y nosotras apostamos por la pareja. ¡Qué felicidad cuando todo va bien! ¿Verdad?
Bueno, pues hoy, para echar una manita en este asunto, os vamos recomendar esta receta del Convento de Santa Paula de Sevilla, sacada del libro ¡Adiós, Corazón! De Carmen Serrat-Valera y Miren Larrazabal que nos ha parecido muy interesante para el cuidado de la pareja:
4 tazas de amor 5 cucharadas de esperanza
2 tazas de lealtad 2 cucharadas de ternura
3 tazas de olvido 4 partes de fe
2 tazas de amistad 1 barril de risa
Mezclarlos de la siguiente manera: tomando el amor y la lealtad mezclarlo a fondo con la fe (cada uno la suya). Agregar: ternura, bondad y comprensión. Aderezar con amistad y esperanza. Condimentar abundantemente con alegría. Hornear con rayos de sol.
¿No creéis que muchos de estos elementos con el paso del tiempo se quedan en el olvido?
Para terminar, a esta receta, de nuestra cosecha le añadiríamos un ingrediente más: una tonelada de sexo, ya que combina muy bien con el resto de los condimentos. Dejad libre la imaginación, aparcad los problemas y,… os animamos a ir poniéndola en práctica. Pero no seáis pillines ni pillinas y utilicéis sólo el último ingrediente ¿vale?
Hasta el viernes.