El otro día os comentábamos una situación en la que él le pillaba a ella masturbándose y añadíamos algo que no habéis tenido en cuenta: él le achacaba que ella se masturbaba sola pero que luego con él na de na.
De entrada, cuando sucede esto en la consulta, trabajamos de la siguiente manera: primero calmamos los ánimos de él comentándole que es un avance terapéutico el que ella se masturbe, ha habido deseo y no ha tenido pereza para tocarse, lo que suele suceder bastante a menudo cuando trabajamos la falta de deseo, es decir, si por fin hay ganas las dejan pasar, imaginaros…
Tras esto les comentamos que los animales aprendemos de lo fácil a lo difícil y nosotros somos igual, primero aprendemos a gatear, a sostenernos en pie, a andar y después corremos, saltamos,… y en la sexualidad es igual, la masturbación no nos supone ninguna exigencia con respecto al otro, no tenemos que satisfacer a nadie, no tenemos que quedar bien con nadie, si queremos seguimos o si queremos lo dejamos. Y lo que suele suceder es que como estamos tranquilos todo va, y continuamos hasta el final. Vamos cogiendo confianza y viviendo la sexualidad de una forma no exigente. Y además como de lo que gusta queremos repetir….
Para nosotras hablar de masturbación es hablar de autoerotismo. Es tan normal masturbarnos como no hacerlo. Hay gente que nos comenta que nunca ha sentido la necesidad o el deseo de hacerlo, nos puede sorprender y podemos llegar a pensar que a lo mejor hay algo debajo de esto pero,…
Lo que si creemos que esto es algo inherente a la persona y, consideramos que es imposible no fantasear, como decíamos en el post de fantasías, fantaseamos con las vacaciones, un mejor curro, en como va a ser el fin de,… y es imposible que no recreemos en nuestra fantasía un encuentro sexual, ya sea con esa imagen que hemos visto en la tele, o con aquello que hice o me hicieron aquella vez, o que me gustaría,… y todas las sensaciones que esto produce se viven en el cuerpo, en la piel ¿¡dónde sino!? . Y como se viven a nivel señorial, producen reacciones, emociones y sensaciones que se traducen en excitación, en que siento algo por ahí… Y, ¿Qué hacemos con esta excitación? ¿No es lícito acaso darnos placer a nosotros mismos? ¿Vamos a seguir responsabilizándole al otro de nuestro propio placer? Y, ¿qué pasa? ¿el comer me quita el hambre? o ¿me abre más el apetito?.
Olvidaros, si podéis claro, también de todo lo que hemos oído de adolescentes, los que tenemos ciertos añitos, por lo menos. Ni nos quedamos ciegos, ni salen granos, ni se pierde fuerza que es lo que ahora se estila decir y a muchos que se han pajeado un rato a lo largo de su vida les preocupa tanto por si se les va a acabar ¿acabar el qué? La sexualidad no es algo que tengamos o dejemos de tener. Somos seres sexuados, con lo cual, somos así toda nuestra vida.
Y para terminar acordaos de algo que ya hemos dicho y que os repetiremos hasta la saciedad, en la sexualidad el uso mantiene la función.