No nos engañemos, todos sufrimos en una situación de infidelidad, y cuando decimos todos, es todos, los infieles, los amantes y los cornudos (¡qué término más feo!).

Y al igual que es feo el término, la parte más fea se la lleva la víctima de la infidelidad. ¿Por qué? ¡Fácil!. Al final las otras dos partes, amante e infiel, pueden elegir, pueden decidir estar o no, en este brete, pueden echarse atrás, pueden ponerle fin cuando decidan y otra cosa muy importante, saben qué ocurre en todo momento. Pero la víctima de la infidelidad si no sabe nada, ¿Qué puede hacer?; si intuye algo y se atreve, porque no todo el mundo se atreve, a preguntar, a levantar la liebre, no siempre va a obtener una respuesta sincera y si la obtiene ¿ahora qué?

Y otra cosita, no es lo mismo un rollito que surge en un momento determinado, que una relación paralela, donde ya se mezclan sentimientos,… Y desde luego no hace el mismo daño, todo duele ya sabemos, pero no es igual.

Nunca podemos ni debemos juzgar, sólo se puede valorar la situación y cada situación es única, diferente y está originada por múltiples situaciones. Vete a saber qué haríamos los demás en su lugar.

Pero esto no significa que no tengamos que hacer nada, todo lo contrario. Toda situación que no nos gusta, que nos hace infelices, estemos en el papel que estemos, tenemos que tratar de cambiarla, nuestra felicidad en primera y última instancia, es responsabilidad nuestra y sólo nuestra:

– Imaginaros como amantes de alguien que no termina de decidir qué hacer, si rompe o no con su pareja reconocida, y decimos reconocida porque generalmente la relación paralela suele ser también estable. Y esto si es que se le pasa por la cabeza romper. Imaginaros enamorados de esta persona, pensad cómo os sentiríais cuando se va a casa, con su pareja, y vosotros os quedáis ¡esperando el próximo encuentro! Y os quedáis sabiendo, porque los amantes si saben, que va a estar con la otra parte de este trío. ¡Qué celos! ¿no? Y no podéis llamar por teléfono, para que no se entere quien no debe enterarse, y no tendréis fines de semana de sofá, de paseo, de ir a tomar algo,…(esto sólo en ocasiones contadas). Y tampoco estarán en momentos importantes de vuestra vida, las Navidades, las vacaciones, las bodas, cualquier evento que os surja o cualquier circunstancia. Y todo esto sólo para no complicar la vida a vuestro amado. En fin solo cabe esperar,… ¿o no?

– Ahora imaginaros como infieles: siempre tratando de compaginar las dos relaciones, siempre con el miedo a ser pillado, “a ver si me va a oler su colonia”, “¿no me llamará ahora?, siempre entre dos aguas. Con la indecisión acuestas, sabiendo que a alguna, o las dos partes o a ti también vas a acabar haciendo daño. Algún día habrá que decidir qué hacer con tu vida y entonces, si es que no deciden por ti, tendrás que optar, tendrás que elegir … y no parece que tengas facilidad para hacerlo. Y si eres hombre peor, los hombres tendéis a conservar, sea bueno o malo lo que tenéis en casa. Las mujeres aquí suelen (no todas, claro) ser más valientes y en no mucho tiempo acaban tomando una decisión.

– Y por último, imaginad que sois la víctima. Imaginad vuestro dolor al pensar que aquello que notáis, que intuís que puede ser cierto. “Puede haber alguien en su vida” y entonces,… os pasáis los días como detectives secretos sin serlo, buscando indicios, buscando pistas,… y vuestra vida se convierte en una búsqueda sin fin de la demostración que intuís, y si notáis algo, pase lo que pase en realidad, ¿no será que algo va mal entre vosotros? Dejáis de ser los protagonistas de vuestra vida , todo gira alrededor del otro, de pillar al otro, pero si lo cogéis, ¿qué haríais?, ¿perdón? ¿ruptura? Ambas soluciones llevan muchooos lastres detrás. Si perdonáis olvidaos de olvidar, es misión imposible, y la duda estará presente por lo menos durante mucho, mucho tiempo. Os tendrán que reconquistar y ganar de nuevo vuestra confianza. Y si no lo hace o ni siquiera lo intenta, … ¿Cómo era eso? “Al enemigo, puente de plata”

En los tres casos, dolor.

Pero como estamos seguras de que, vosotros lectores pensantes, habéis elegido otro viaje,… a pasarlo bien este finde. En el próximo post responderemos a las preguntas que nos habéis hecho en anteriores y hablaremos de algo más lúdico.