En un ejercicio de adoración fanática sin precedentes, la banda electrónica Zeitkratzer tiene previsto editar este verano bajo el sello Asphodel una revisión completa del álbum Metal Machine Music, de Lou Reed. Ya sabéis, aquel engendro editado en 1975 en forma doble álbum donde sólo se puede escuchar una hora de ruido e intensa distorsión, como la herramienta de un dentista amplificada a máximo volumen con la que Reed, desde un profundo desafío creativo, puso a prueba a los fans que auparon su anterior LP, el mediocre Sally Can’t Dance, al Top Ten (el único del neoyorquino en su carrera). Metal Machine Music fue justamente el álbum con menos ventas de Reed (yo fui uno de los incautos en hacerme con el LP, que sólo utilizaba para atronar a los vecinos). El propio Reed participa en la grabación en vivo de Zeitkratzer con un “climático solo”, dice The New York Times. El experimento, según el periódico, devuelve MMM al lugar al que probablemente siempre debió pertenecer, una pieza avant-garde de aires minimalistas en lugar de una experiencia bizarra de rockandroll. La pieza suena incluso “más salvaje y frenética”, dice el NYT, así que agárrense los machos.