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Bruno Vergara

El Repecho

Otra crónica de la Quebrantahuesos

Coon permiso de Harek un lector asiduo de El repecho os cuelgo esta crónica de la Quebrantahuesos que ha incluido en un comentario de este blog (enhorabuena por la misma)

Ahí va.

Desde que empiezo la “temporada” salgo con la bici todos los días que puedo y con la vista puesta en junio, en Sabiñanigo, en el Marie Blanque y en el Portalet.
Ya son varias las participaciones que llevo y cada vez estoy más enganchado a esta marcha, cada vez me ilusiona más esperar el día D. Oigo y leo que muchos pasan, que no es para tanto, que hay otras más duras, más bonitas, etc. Pero a mí es la que más me gusta. No le encuentro ninguna pega. Se habla de masificación, pero para mí es lo mejor de la marcha, estar siempre en contacto con compañeros que están disfrutando/sufriendo lo mismo que tú.

Este año me he preparado más que nunca y llegaba a Sabiñanigo con 10.000 kms. y con el deseo de poder bajar de las 8 horas. Buscaba las 7:30. Quizá os parezca un tiempo mediocre, pero cada uno es como es y yo me muevo en este nivel. En principio todo me indicaba que los deberes los llevaba hechos.

Por primera vez me acompañaba la familia a una marcha y eso me daba más ilusión todavía.

El miércoles 18 arrancamos para Sabiñanigo y a media tarde ya estabamos instalados en el camping, frente a la salida. “Pole position” para la salida, aunque para la zona de atrás, la de los dorsales blancos.

El jueves 19 me animo a dar una vuelta por la zona con la bici. Hago unos 80 kms. en los que subí hasta San Juan de la Peña. A un ritmo muy tranquilo iba haciendo kms. Ese día ya hizo un calor importante. Se notaba mucho en la subida y en llaneo desde Jaca a Sabi. Para los que no lo conozcais la subida al Monasterio es fácil y el paisaje muy guapo, merece la pena.

El viernes 20 ya esperaba la llegada de muchos amigos y con uno de ellos, (Chano), quedé para rodar un rato por la mañana. Salimos junto con los colegas del Magic Bikes y llegamos hasta Jaca a un ritmo muy tranquilo y charlando, charlando. Al llegar a Sabiñanigo, cervecitas (para mitigar el calorazo) y después cada mochuelo a su olivo.

Por la tarde, ya os lo imaginaís, a recoger los bartulos al pabellón, ver un poco el ambiente y a dejarlo todo preparado par el dia D.

Amanece el día 21 y ya me doy cuenta de que va a hacer mucho calor. Me coloco en la salida junto con mi colega Miguel y a esperar el chupinazo. Miro el termometro del reloj: 21º ¡y son las 07:15! La que nos espera.

Suena el cohete y pa’ lante. Creo que es la vez que menos he tardado en pasar sobre la alfombra después de que se diera la salida. La peña está cogiendo el callo y arrancamos cada vez más rápido.
Ya sabeís a rodar, bajar piñones y rápidamente me veo en la Nacional camino de Jaca.

Voy comodísimo. Pasamos Castiello, Villanúa, Canfranc y comienza la subida a Somport. Subo muy fácil. Pienso que todo va muy bien y que mis previsiones se pueden cumplir.

¡Que bonita es la subida! La gente en las cunetas es fantástica, en Candanchu y en el alto el ambiente es sensacional. En el alto me encuentro a Josetxu y paro, me ofrece un bidón de agua, que acepto, y un montón de cosas más que le agradezco, pero que no quiero. Arranco y me tiro para abajo. Me lo tomo con calma, ya conoceís los primeros kms. de bajada con alguna que otra curva delicada. Cuando llego a la zona de carretera ancha, aprovecho para comer y beber más tranquilo.

Pronto me doy cuenta de que estamos haciendo un grupo muy grande, cada vez que miro atrás hay más gente en él. En consecuencia, rodamos muy rápido y llegamos pronto al cruce a la derecha. Pasamos Escot y comienza el Marie Blanque.

Me lo tomo con calma hasta llegar a los últimos 4 kms. Aquí me encuentro con mis fantasmas. Me cuesta subir. No es que sea Lucho Herrera, pero no esperaba tanta dificultad. Meto todo lo que llevo (34 x 27) y poco a poco voy hacia delante. Sufro muchísimo, no bajo de 180 ppm. Me pongo de pie y sufro, me siento y sufro. No encuentro ritmo en ningún momento. Veo gente que sube caminando, montones de gente en las cascadas y regueros de agua y entonces tomo conciencia del calor, del temendo calor que hace. Consigo llegar arriba sin pararme y no me lo pienso. ¡Adelante! Llego al avituallamiento donde cojo agua que me echo inmediatamente en la cabeza y tras rellenar los bidones afronto la bajada del puerto.

En la bajada me doy cuenta de una forma segura que la cosa no va bien. No consigo bajar las pulsaciones, me quedo en 154, 150, 145 y así llego abajo, al plano que lleva hasta Laruns. El calor es agobiante y voy en un grupo de unos 20 compañeros, voy atrás, a rueda, alto de pulso (150 ppm) y eso que vamos medianamente tranquilos. No puedo dar ni un relevo. Bebo, bebo y bebo. Me obligo a comer algo, aunque sin ganas.

Llego a Laruns y en el primer repechín ya no puedo seguir al grupo. Tomamos el cruce para inciar el Portalet y quiero subir la pequeña cuesta abusando un poco del desarrollo. ¡Alarma! Noto amago de calambres en los isquiotibiales y esto acaba de confirmarme lo que ya me imaginaba: voy a sufrir un montón. Subo piñones para ir ligero de piernas y evitar los calambres. Me pasa gente a punta pala, un grupo, dos compañeros, otro grupo, etc. Ni intento engancharme a nadie. Me da una rabia tremenda, porque si se quiere arañar tiempo a la prueba creo que este es el lugar: en el Portalet, en esta zona donde se puede rodar muy rápido.

Voy hacia delante, más mal que bien y van pasando los kms. Empiezo a ver gente parada, gente tumbada, gente estirando, gente vomitando y gente que sube caminando. No me lo puedo creer, ¡gente caminando cuando quedan unos 15 kms. de subida! Animo a todos los que adelanto. Voy jodidísimo, paso ratos en los que se me nubla la vista. Decido parar en una zona sombreada y con abundante agua que está llena de gente. Me refresco y me tumbo un rato.

En estos momentos pienso si voy a ser capaz de terminar, el objetivo de hacer el tiempo marcado ya lo he olvidado. Pienso en que me queda la mitad del Portalet, la más dura, pienso en no subir la Hoz, en seguir recto… Estoy muy confuso y me obligo a continuar, que cuanto más tiempo pase parado va a ser peor.

De nuevo en la carretera las sensaciones no han mejorado mucho, pero llega el plano del avituallamiento. Llegando al mismo me encuento a mi colega Miguel, está sentado comiendo un poco. No hablamos mucho, únicamente nos decimos lo mal que estamos.

Me acerco al avituallamiento y me meto dos vasos de Coca Cola, ya no tengo ninguna gana de comer, pero me trago un par de sobres de gel. Y sin más demora continuo hacia arriba. Enseguida se llega a la zona donde se abre el puerto y el paisaje gana en espectacularidad. No se porque, pero a partir de aquí siempre me encuentro mejor, me ha pasado en todas mis participaciones anteriores. Ahora lo vuelvo a notar; no estoy para tirar cohetes, pero voy mejor. Adelanto a mucha gente, procuro disfrutar de la carretera y de las montañas. Poco a poco voy llegando a la zona más espectaular. La zona donde se encuetra ese montonazo de gente que nos lleva en volandas. Creo que este ha sido el año en que más han animado, creo que se daban cuenta de la dureza y el sufrimiento que estábamos pasando. ¡Gracias! A todos, a cada uno de vosotros, que venís a pasar el día y a ver a este montón de locos por la bicicleta.

En el último km. del Portalet pienso en pasar o no por la Hoz de Jaca. Voy muerto, me noto cansadísimo, pero no tardo mucho en decidirlo: hago el recorrido entero; en Sabiñanigo me esperan mi mujer y mis dos hijos. No puedo fallar, quiero que sepan que su padre ha hecho el recorrido completo; que ha sido uno más del montón de valientes que han visto llegar antes y de los que verán llegar después.

Vuelvo a tener la vista nublada, pero esta vez es porque estoy llorando. Sí amigos, no me importa nada decirlo: 47 años y llorando durante el km. final del Portalet. Lloro por mi familia, por todo lo que les quiero; lloro por mis amigos, por todo lo que me han apoyado en los meses anteriores; lloro por la gente que está en los bordes de la carretera, por los ánimos que me están dando y lloro por mí, por haber conseguido superar este puerto y saber que voy a terminar la prueba, tarde lo que tarde, voy a llegar al final.

No se porque, pero de aquí a meta soy otro. Bajo rapidísimo y cuando llego al giro a la izquierda para ir a la Hoz veo que he dejado a la gente que venía detrás. No pasa nada, ya me cogerán. Encaro los 2 kms. de la Hoz y subo a un ritmo muy bueno. Adelanto y adelanto a compañeros, corono y me lanzo hacia abajo. Llego de nuevo a la Nacional y comienzo el tramo final cogiendo gente y más gente. Se forma un grupo muy grande, unas 30-40 personas, y así, a muy buena marcha y a relevos entre todos o casi todos llegamos a Sabiñanigo.

Levanto el pie y dejo que la gente se vaya. Supongo que mi familia estará al borde de la carretera esperándome. ¡¡¡Ahí están!!! freno un poco y les grito. ¡¡¡Ya me han visto!!! Me animan y en esos momentos soy el tío más feliz del mundo. Ya me comprendeís.

Giro a la derecha y recta de meta. Allí está mi mujer con la cámara. Foto y fin de la marcha. Enseguida busco una sobra y me bajo de la bici, estoy muy cansado, me siento, me tumbo: malas sensaciones. Me vuelvo a incorporar, así estoy mejor. Pero me encuentro horrible, tengo un calor tremendo, espasmos musculares en las piernas y noto que se me va la cabeza. ¡Calma! Tranquilo. Respiro profundo, procuro relajarme y poco a poco voy sintiéndome mejor. Me voy a duchar al camping y allí me encuentro a Miguel y a Modesto, compañeros del Cascol Team. Modes ha hecho 6:55, está contentísimo, le doy la enhorabuena, Miguel está sobre las 8 horas. Ha sufrido igual que yo, pero también ha terminado. ¡Enhorabuena campeón!

Ya duchadito, ya más persona, vuelvo a la zona de llegada y me bebo vasos y vasos de Coca Cola, como tres bocadillos y voy a por la medalla y el diploma. Plata. 8:13.

He ido fatal, la he pasado horrible y sólo he hecho 10 minutos más que el año pasado. Esto me termina de convencer que tenía la preparación para las 7:30 que buscaba. Ahora no me importa. Aunque mi mujer me anima continuamente, me dice que no importa el tiempo, que hace un día muy duro, que sólo terminar es ya una hazaña. Tranquila cariño, el punto de decepción se me pasó enseguida y ya sólo pienso en la próxima QH. Y en el maravilloso año que me queda hasta llegar aquí de nuevo, el montón de ratos que voy a pasar en bici con los colegas buscando la preparación adecuada, el montón de kms. que me quedan por hacer y las miles de maravillosas sensaciones que voy a sentir encima de la bici, del montón de cafés que me esperan en el Bar de Josetxu, del montón de mojadruas que voy a cojer… Y todo ello rodeado de esa gente que me comprende y tanto me ayuda. Mi famila, mis colegas de grupetta, Jose Angel “Comeso”, mi amigo Emilio, que espero que vuelva pronto al grupo, Miguel, (enhorabuena amigo, sólo terminar la QH es increibel), Modesto, ¡que maquina, Chente, ójala cambiara un poquito y se animara a venir, etc. etc.

De algunas cosas me quiero olvidar, quiero dejarlas de lado. Jose Angel tu ya sabes lo que quiero decir, ya lo hemos hablado mucho. ¡Ya las olvide!

En fin, no tenía muchas ganas de escribir, pero ahora siento que me ha venido bien. Siento el ladrillo y os ruego que me perdoneís la pesadez.

A todos los Magic Bikes que conocí en Sabi espero volveros a veros en la próxima QH, Comeso y Jordi incluidos.

A Chano un abrazo y mi enhorabuena por ser como es, un HOMBRE de pies a cabeza. Espero verte pronto amigo.

Y a todos gracias. Gracias por formar parte de los locos por la bici y así hacerme sentir apoyado.

Y recordar, como tengo escrito en otra parte (Foro MTB ): La victoria no es esencial, la derrota no es fatal; lo importante es el coraje de seguir adelante.

Un saludo y hasta pronto.

Blog de ciclismo, cicloturismo y todo aquello relacionado con el mundo de la bicicleta

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